El congreso español aprobó hoy la prórroga del estado de alarma durante quince días más, en el que se contemplan las medidas de confinamiento que han permitido contener los contagios en el país.
A partir de este sábado se sumarán quince días más al estado de alarma que ayudarán, de acuerdo con el gobierno, a poder iniciar la fase uno de salida y analizar qué comunidades podrán salir más pronto que otras del confinamiento, aunque se estipula que Barcelona y Madrid podrían ser las últimas.
La oposición se mantuvo firme en la votación en contra de este estado de alarma y por primera vez desde el inicio del gobierno de Pedro Sánchez el Partido Ciudadanos pactó con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), lo que permitió la extensión de la medida por cuarta ocasión.
Tras un debate tenso 178 legisladores votaron a favor, 74 se opusieron, entre ellos el partido de ultraderecha, Vox y la CUP, partido independentista catalán, mientras que 98 se abstuvieron, del que destaca el Partido Popular (PP), que anunció previamente que no aprobaría la medida porque limita las libertades de la población, aunque la abstención continúa siendo una medida intermedia.
El primer estado de alarma juntó 321 votos, lo que significa una gran desaprobación dentro del Congreso a las medidas de la presidencia, pero la oposición cada vez pone más resistencia a las medidas propuestas por Sánchez y su equipo.
Para lograr el pacto el gobierno se ha comprometido a tener un mayor diálogo con las autonomías, que se ha pedido desde la votación a su favor que lo reafirmó como presidente del gobierno y otorgar ayudas sociales una vez pasado el estado de alarma.
Durante el debate el presidente aseguró que “no existen aciertos absolutos pero sí puede haber errores absolutos” y la negativa a extender las medidas sería considerado como uno, lo cual ha respaldado el Ministerio de Sanidad.
Por su parte Pablo Casado, líder del PP, aseguró que Sánchez actúa desde el autoritarismo, con acciones negligentes, ineficaces e incompetentes, lo que provocó un duro desacuerdo que incluyó la negativa ante una futura unidad con su partido.
Estas discusiones, que han subido al tono del debate de investidura, podrán suponer un nuevo descontento por parte de los partidos que podría costar la implementación de nuevas fases para salir de la pandemia y del propio gobierno.