Washington, 6 jul (Prensa Latina) Una victoria legal para los pueblos nativos en Dakota constituye el fallo hoy de un tribunal de Estados Unidos que da un plazo de 30 días para cerrar un polémico oleoducto que causaría daños al medio ambiente.
Según una copia del dictamen judicial, que obtuvo el diario USA Today, la medida contra el oleoducto Dakota Access expira el 5 de agosto, lo que implica la revocación del permiso al Cuerpo de Ingenieros del Ejército, responsable de habilitar la transportación del petróleo por esa vía en los últimos tres años.
«El Cuerpo de Ingenieros no hizo una Declaración de Impacto Ambiental a pesar de las condiciones que desencadenaron tal requerimiento», declaró el fallo del tribunal.
Aunque consciente de la interrupción que causará tal cierre, «la Corte ahora concluye que la respuesta es sí», subrayó el veredicto judicial del tribunal del Distrito de Columbia.
La conclusión insiste en que dada «la gravedad de los procedimientos del Cuerpo (…), así como el daño potencial cada día que opera el oleoducto», el Tribunal se ve obligado «a concluir que el flujo de petróleo debe cesar».
Lo anterior impone una revisión completa del impacto ecológico de la tubería antes de que vuelva a considerarse su reapertura.
El pueblo Sioux de Standing Rock y activistas ambientales mantuvieron la protesta desde que se anunció la ejecución del proyecto, valorado en unos tres mil 800 millones de dólares.
Para ellos, los derrames de petróleo podrían contaminar su fuente de agua y poner en peligro su cultura.
La decisión marcó el final de una batalla legal de años sobre el daño al entorno de la conductora, propiedad de Energy Transfer Partners, en el río Missouri, destacan medios locales.
El 24 de enero de 2017, el entonces recién llegado presidente Donald Trump concedió el permiso mediante una orden ejecutiva que revirtió una legislación de su predecesor Barack Obama.
La tubería fue proyectada para que atravesara los campos de petróleo Bakken en Dakota del Norte hasta el sur de Illinois, que cruza por debajo de los ríos Missouri y Mississippi, así como en parte del lago Oahe, cerca de la reserva indígena de Standing Rock.
En aquel momento, Trump dijo que se podía avanzar en la construcción del gasoducto en términos y condiciones que se negociarían y que se acelerara el examen ambiental que describió como un proceso largo, muy engorroso y horrible.
El 7 de febrero del propio año, el mandatario autorizó al Cuerpo de Ingenieros del Ejército proceder, poniendo fin a la evaluación de impacto ambiental y el período de comentarios públicos asociados.
Terminado en abril, el oleoducto reportó su primer bombeo el 14 de mayo de 2017.