Buenos Aires, 10 jul (Prensa Latina) El Jefe de Gabinete de Argentina, Santiago Cafiero, llamó hoy a desarmar el discurso del odio y encontrar otro mecanismo para manifestar las preocupaciones sin agresividad.
El funcionario se refirió a los lamentables hechos registrados la víspera por una marcha con claro tinte político que terminó con agresión física y verbal a varios periodistas, entre ellos reporteros del canal televisivo C5N, que salieron del lugar con ayuda de otros colegas después que varias personas se le abalanzaran. El triste episodio, con golpes a varios periodistas, fue repudiado por un gran arco político del país e incluso por figuras de la oposición.
Si se busca instalar un discurso de odio hay que ir desarmándolo, declaró a la emisora FM Radio Con Vos el jefe de ministros al referirse a la protesta en el Obelisco porteño, en la que pregonando estar «a favor de la libertad» y aupados por ciertos sectores de la oposición, un grupo de los manifestantes arremetió contra los periodistas.
Tras apuntar que «este es un gobierno que escucha a todos», Cafiero subrayó que las agresiones a periodistas «es algo repudiable y no contribuye para nada a la democracia, a las instituciones y a la reconstrucción del país cuando pase la pandemia».
Asimismo precisó que se entienden los reclamos y las necesidades que van surgiendo, algunas atendibles, otras más difusas, pero hay que tener en cuenta la situación epidemiológica. El sistema de salud está haciendo un esfuerzo muy grande en el cuidado personal y familiar, dijo respecto a aquellos que piden levantar el aislamiento.
Violando la cuarentena estricta que rige en Buenos Aires, los autoconvocados se congregaron la víspera coincidiendo con el Día de la Independencia y, visiblemente exaltados, arremetieron y destrozaron el móvil del canal C5N.
A diferencia de algunas marchas que se dieron en las últimas semanas, en las que también violaron la cuarentena, en esta hubo de todo, unos que pregonaban que la pandemia es falsa, que el virus es una conspiración de «un nuevo orden mundial», otros que reclaman por trabajar y otros con mensajes de claro tinte político.
Estos últimos con carteles contra el Gobierno, visiblemente exaltados, y con frases de odio contra algunos de sus funcionarios.