Naciones Unidas, 17 jul (Prensa Latina) Las acciones del gobierno de Israel de control sobre los palestinos son una afrenta a la justicia y deben detenerse inmediatamente, recalcó hoy un experto independiente de la ONU.
El relator especial sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados desde 1967, Michael Lynk, aseveró que las estrategias de control israelíes sobre la población palestina violan los principios de los sistemas legales modernos y las legislaciones internacionales.
Además, dañan a millones de personas inocentes, agudizan las tensiones y propician una mayor violencia, agregó en su reporte al Consejo de Derechos Humanos, citado por el sitio digital de noticias de la ONU.
Todas las prácticas de Tel Aviv que infligen un castigo colectivo al pueblo palestino deben cesar, insistió el relator, pues sólo un individuo que resulta culpable después de un proceso justo puede ser castigado.
Según enfatizó, es una afrenta a la justicia y al estado de derecho ver que esos métodos de control continúen utilizándose en el siglo XXI y que los palestinos sean castigados de forma colectiva, apuntó.
Esas prácticas violan gravemente los derechos humanos de los palestinos, «incluyendo el derecho a la vida, a la libertad de movimiento, a la salud, a una vivienda adecuada y a una vida digna», expuso el experto independiente.
Lynk rechazó las violaciones sistemáticas de las garantías fundamentales de los palestinos por parte de Israel y consideró que el alcance del impacto devastador de la política de castigo colectivo se puede observar muy claramente en la Franja de Gaza.
Hace 13 años, recordó, Tel Aviv comenzó un bloqueo a ese territorio que ahora sufre un total colapso económico, «cuya estructura está destruida y cuyo sistema de servicios sociales apenas funciona».
Ese cerco ha destruido la economía de Gaza y ha causado un sufrimiento inmenso a los dos millones de palestinos que viven ahí, observó.
Mientras tanto, señaló el relator, las autoridades de Israel continúan con la demolición de viviendas palestinas y esto ha dejado en la indigencia a unas dos mil familias.