Londres, 23 sep (Prensa Latina) El hielo marino del Ártico, un indicador clave del cambio climático, alcanzó este año su segunda extensión más baja después de la temporada de deshielo del verano, trasciende hoy.
De acuerdo con un artículo publicado en la revista inglesa Nature, el Centro Nacional de Datos sobre Hielo y Nieve de Estados Unidos anunció que el 15 de septiembre de 2020, la extensión del hielo marino era de 3,74 millones de kilómetros cuadrados, la segunda más baja después del mínimo histórico observado en 2012.
Luego, el Instituto Alfred Wegener de Alemania confirmó esa lectura, con cifras de la Universidad de Bremen que reportan 3,8 millones de kilómetros cuadrados.
Otras instituciones espaciales y proveedores de datos, por ejemplo, EUMETSAT Ocean and Sea Ice Satellite Application Facility y la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) también coinciden en que este año se alcanzó la segunda extensión más baja de hielo marino.
Según Nature, a medida que aumentan las temperaturas globales, la extensión mínima del hielo marino del Ártico se ha reducido en un promedio de 13,4 por ciento cada década desde 1979.
«El hielo que queda es a menudo más delgado y más frágil que antes, lo que lo hace más vulnerable al derretimiento del año siguiente», refiere el informe.
Los científicos revelaron recientemente varias causas de la pérdida masiva de hielo este verano, entre ellas las temperaturas extremadamente altas del aire y del agua; y el calor que impactó las capas heladas tanto desde arriba como desde abajo, provocando un derretimiento generalizado.
Otro importante factor fue la ola de calor sin precedentes e incendios forestales en Siberia durante el verano en el hemisferio norte, la cual dejará una herida profunda en la criosfera, y tendrá importantes impactos en las plataformas de hielo y los glaciares de esa región.
Durante seis días a partir del 31 de agosto, casi 80 mil kilómetros cuadrados de hielo marino se derritieron cada día, una tasa de pérdida récord para este período
«El año 2020 será un signo de exclamación sobre la tendencia a la baja en la extensión del hielo marino del Ártico. Nos dirigimos hacia un Océano Ártico estacionalmente libre de hielo, y este año es otro clavo en el ataúd «, señaló dijo Mark Serreze, director del Centro Nacional de Datos sobre Hielo y Nieve de Estados Unidos.