Por Sinay Céspedes Moreno
Quito, 29 nov (Prensa Latina) Desde su altura en Quito, la Capilla del Hombre, complejo arquitectónico del artista Oswaldo Guayasamín, celebra hoy 18 años de fundada, como símbolo cultural de Ecuador y memoria histórica latinoamericana para el mundo.
Con un diseño impresionante, la edificación pareciera custodiar parte de la capital ecuatoriana, mientras su interior, cuidadosamente diseñado, invita a la reflexión sobre el pasado, los anhelos, dolores y esperanzas de los pueblos de la región.
Tras 12 años de la idea inicial, la Capilla del Hombre abrió sus puertas el 29 de noviembre de 2002, con la ausencia física de su creador, fallecido en 1999, pero en presencia de personalidades con quienes mantuvo una relación que dejó plasmada en sus lienzos, entre ellos el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, uno de sus entrañables amigos.
«Guayasamín fue tal vez la persona más noble, transparente y humana que he conocido. Creaba a la velocidad de la luz, y su dimensión como ser humano no tenía límites», sentenció en esa ocasión el entonces presidente de Cuba.
En su interior, la Capilla cuenta con tres niveles y salas que retratan, desde la obra del pintor, la historia indígena latinoamericana, antes y durante la colonización española, así como de millones de africanos sacados de su tierra natal para ser esclavizados en el llamado «Nuevo Mundo».
Ira, sufrimiento, llanto, protesta, sacrificio y también lucha, resistencia, ternura y esperanza son algunas de las etapas y emociones del hombre, en diferentes circunstancias de la historia, que se expresan en las obras de grandes dimensiones atesoradas en ese espacio cultural.
Un museo arqueológico con piezas descubiertas durante las excavaciones para la edificación y la Casa Museo Gayasamín, también fundada el 29 de noviembre, pero de 2012, completan el complejo.
Declarada Patrimonio Cultural de Ecuador, la Capilla del Hombre se mantiene hoy como un lugar para reflexionar sobre el pasado latinoamericano, el presente y pensar en el hombre, como centro de cualquier creación, y constituye u lugar de obligatoria visita a quienes llegan a la Mitad del Mundo.