Ciudad de México; 14 de enero de 2021.- La pandemia por la enfermedad COVID-19 (provocada por el coronavirus SARS-CoV-2) no solo ha traído consecuencias serias en la economía mundial, también ha generado secuelas en el ámbito de la salud mental, provocado que muchas personas sufran de ansiedad, insomnio, episodios de pánico, incluso algún nivel de depresión.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es una enfermedad común pero grave que interfiere con la vida diaria, con la capacidad de trabajar, dormir, estudiar, comer y relacionarse con otras personas, siendo las mujeres quienes se ven más afectadas por este problema de salud mental.
En México, de acuerdo la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias (Unefarm) retomada por EFE, se ha manifestado un incremento sostenido del 30 por ciento en la venta de antidepresivos. Y un 20 por ciento en medicamentos como clonazepam, diazepam y metilfenidato, generalmente recetados para problemas como insomnio o trastornos de pánico.
Según el Reporte del Comité de Salud Mental de la Secretaría de Salud de nuestro país, se estima que en México 6 mil 827 personas desarrollaron algún trastorno mental durante el confinamiento; mientras que unas 39 mil, se autolesionaron o sufrieron alguna situación violenta.
Por otra parte, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recuerda que, investigaciones iniciales, revelan que hasta un tercio de los pacientes que se recuperan del COVID-19 pueden sufrir cambios duraderos en su estado de ánimo y padecer ansiedad o depresión.
Con información de (AMX Noticias)