Washington, 31 ene (Prensa Latina) El gobierno de Donald Trump equivocó deliberadamente su percepción de la violencia doméstica en Estados Unidos y apoyó a grupos de extrema derecha, según refleja hoy un análisis del diario The New York Times.
Cuando las protestas por la justicia racial estallaron en todo el país el año pasado, el entonces titular luchando por encontrar un tema de campaña ganador, dio con un mensaje que recalcó una y otra vez: La verdadera amenaza doméstica emanaba de la izquierda radical, aunque las autoridades policiales concluían que procedía de la extrema derecha, sostuvo el Times.
El mensaje de Trump fue «rápidamente adoptado y amplificado» por su fiscal general y sus principales funcionarios de seguridad nacional para desviar la atención, incluso cuando el mandatario avivaba abiertamente la indignación que meses más tarde culminaría en el asalto al Capitolio por parte de extremistas de derecha, aseveró la publicación.
Destacó los esfuerzos de la Casa Blanca para que la atención recayera en el movimiento antifa y los grupos de izquierda pese a que muchos casos mostraban que era el extremismo de derechas el que actuaba más en el país.
El Times en su investigación mostró el efecto sustancial de esa política contra la llamada izquierda en un momento en que la amenaza de la extrema derecha se estaba acumulando de forma ominosa.
Los fiscales y agentes federales se sintieron presionados para descubrir una conspiración criminal de extrema izquierda que nunca se materializó, según dos personas que trabajaron en los esfuerzos del Departamento de Justicia para contrarrestar el terrorismo doméstico, agrega la publicación.
Los funcionarios de la Casa Blanca y del Departamento de Justicia reprimieron los esfuerzos internos para promover públicamente la preocupación por la amenaza de la extrema derecha, y los ayudantes de Trump trataron de suprimir la frase «terrorismo doméstico» en las discusiones internas, según un antiguo funcionario del Departamento de Seguridad Nacional, citado por el Times.
Las milicias y otros elementos peligrosos de la extrema derecha vieron «un aliado en la Casa Blanca», dijo Mary McCord, una exfuncionaria del Departamento de Justicia que enseña en la Universidad de Georgetown y se centra en el terrorismo doméstico.
«Eso, creo, les ha permitido crecer y reclutar e intentar generalizar sus opiniones, por lo que creo que se acaba viendo lo que vimos» en el Capitolio, aseveró.
El Times enumera una serie de acciones del gobierno para hacer recaer las acusaciones de violencia en los movimientos de izquierda, aunque nunca encontraron pruebas de que los seguidores de antifa estaban conspirando para llevar a cabo ataques terroristas coordinados, algo por lo que presionó el fiscal general, William Barr.