La Habana, 24 mar (Prensa Latina) Especialistas de Cuba y del mundo indican hoy la posibilidad de que las medidas de protección adoptadas frente a la pandemia por la Covid-19 contribuyeran también a disminuir la propagación de la tuberculosis.
El aislamiento físico, la higiene personal y de los objetos a nuestro alrededor, así como el uso de mascarillas, son algunas de las acciones adoptadas por la población durante el último año que pueden haber posibilitado una menor transmisión de infecciones respiratorias; sin embargo, aún no existen datos concluyentes.
Así señala una información publicada por la Organización Mundial y Panamericana de la Salud (OMS/OPS), y el Ministerio de Salud Pública de Cuba, con motivo del Día Mundial de la Tuberculosis, este miércoles.
A nivel global, se estima que 1,4 millones de personas menos recibieron atención para este padecimiento en 2020 en comparación con años anteriores, según datos preliminares de más de 80 países recopilados por la OMS.
Especialistas lamentan la posibilidad de que más de medio millón de personas murieran en 2020 por no obtener un diagnóstico temprano de esta enfermedad prevenible y curable, causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, la cual afecta casi siempre los pulmones y se transmite entre personas a través del aire.
En las Américas unas 290 mil personas enfermaron en 2019 y 54 mil de ellas no fueron diagnosticadas o sus casos reportados.
Brasil, Perú, México, Colombia y Haití concentraron casi el 70 por ciento de los casos notificados y 22 mil 900 personas murieron, de las cuales cinco mil 900 vivían con el virus de inmunodeficiencia humana.
Cuba cuenta con una tasa inferior a 10 infectados por cada 100 mil habitantes y en 2020 en La Habana se presentaron menos casos en comparación con años anteriores, informó la doctora Yamila Llerena, quien atiende desde 2014 el programa contra ese padecimiento en la capital de esta nación caribeña.
El Programa Nacional de Prevención y Control de la Tuberculosis, iniciado en 1962, transitó desde el tratamiento dispensarial mediante ingreso, a la implantación del tratamiento ambulatorio controlado, hasta la introducción de medidas específicas para reducir la fuente de infección en los contactos.
Sin embargo, no bastan los esfuerzos del personal de la salud para frenar por completo este mal, se requiere de la colaboración de toda la población en aras de una mejor comprensión de la enfermedad para mayor rapidez en su detección y control, añadió la doctora Llerena, máster en Epidemiología.
El 24 de marzo de cada año se celebra el Día Mundial de la Tuberculosis con el fin de concienciar sobre las terribles consecuencias sociales, económicas y para la salud de esta enfermedad infecciosa, que sigue siendo la más letal del mundo, según expertos.
La campaña de 2021 tiene por lema El tiempo corre, y hace alusión a la proximidad de la fecha tope en que se propuso alcanzar el fin de esa infección: el 2030.