Ahora lo conocen en las redes sociales como el Hachiko de Coahuila, pero él tiene su nombre, se llama Cuchufleto, es un perro mestizo cuyo dueño acostumbraba llevarlo con él a la mina donde trabajaba, por ello es que ahora vigila diario la entrada con la esperanza de ver de nuevo a su amo que murió en un derrumbe.
Este drama empezó el pasado 4 de junio, cuando se conoció que una mina del municipio de Muzquiz, Coahuila, había colapasado.
Siete mineros quedaron atrapados por un derrame de una represa de agua, lo que movilizó al Ejército, la Guardia Nacional y Protección Civil, quiens trabajaron incansablemente, aún con la esperanza de hallarlos con vida.
Fuera de la mina familaires de los mineros esperaban ansioso y esperanzados de que ocurriera un milagro, pero los cuerpos fueron sacados uno a uno sin vida, entre ellos Gonzalo Cruz Marín
Pocos repararon en la presencia de un perro color café que entre la gente ahí reunida esperaba, luego todos se marcharon, pero él se quedó.
Más tarde fue a casa, luego volvió y así lo ha hecho todos estos días, desde temprano llega a la entrad de la mina con la esperanza de ver salir a Gonzalo Cruz Marin, sin saber que éste no volverá.
Familiares del minero muerto han sido entrevistados por diversos representantes de medios de comunicación, que al conocer la historia llegan hasta la casa a retratar a Cuchufleto.
Dice la famili que el perro está triste, no come, solo se marcha y espera a la entrada de la mina.
La tristeza es de todos, dice, la hoy viuda de Gonzalo” Sandra Idalia que ve a su perro sufrir.
Recuerda que Gonzalo a veces dejaba al perro acompañarlo a la mina, lo bajaba al centro de trabajo en la más completa oscurridad, pero el perro iba feliz y volvían juntos de trabajar.
Hoy Gonzalo ya descansa en paz, pero Cuchufleto no lo comprende, va a la mina y espera paciente por horas, luego refresa a casa y aulla lastimeramente.
Algunos medios de comunicación, hacen alusión a un lugar común, al decir que es como Hachico, pero perro de origen Japones que perdió a su amo y murió luego de mucho tiempo de esperar a la entrada de la estación del tren.
No obstante Cuchufleto tiene su propia historia, jugó, corrió, trabajó y fue feliz al lado de su amo, al que hoy espera a la entrada de la mina que le quitó la vida.
Con información dereporteros.com