Naciones Unidas, 9 ago (Prensa Latina) El mundo sigue a la sombra de la nube de las bombas atómicas y solo la eliminación total de esas armas puede prevenir más sufrimiento, destacó hoy el secretario general de ONU, António Guterres.
Por medio de su cuenta oficial en Twitter, el titular apuntó que luego de 76 años de la destrucción de Nagasaki por un ataque aéreo de Estados Unidos, urge eliminar completamente tales dispositivos nucleares y evitar así todo el mal incalculable que pueden causar.
En tanto, a nombre de Guterres, la alta representante de Naciones Unidas para Asuntos de Desarme, Izumi Nakamitsu, envío un mensaje a la ceremonia conmemorativa en el Memorial de la Paz de Nagasaki.
Las personas de esta ciudad japonesa supieron construir tras la catástrofe una metrópolis cultural con las cenizas de la guerra nuclear, afirmó la funcionaria. En ese sentido, resaltó el papel de los sobrevivientes de la bomba atómica, conocidos como hibakusha, y señaló que su coraje ante la inmensa tragedia es un faro de esperanza.
Asimismo, agregó Nakamitsu, sus esfuerzos ayudaron a crear un poderoso movimiento mundial contra las armas nucleares, basado en el conocimiento de que una sola explosión cegadora puede producir un sufrimiento incalculable de generación en generación.
La alta representante reafirmó el apoyo de la ONU para asegurar que las voces de los hibakusha sean escuchadas por todos, especialmente por las generaciones más jóvenes.
Actualmente, alertó, las perspectivas del empleo de dispositivos nucleares son tan peligrosos como en cualquier otro momento desde el apogeo de la Guerra Fría.
Los países compiten para crear armas más poderosas y ampliar los escenarios potenciales para su uso, la retórica bélica se sube al máximo y el diálogo está en silencio, lamentó.
Por otra parte, acogió con satisfacción la reafirmación de Estados Unidos y Rusia de que una guerra nuclear no se puede ganar y nunca debe librarse, y su compromiso de entablar un diálogo sobre el control de armamentos.
También felicitó a las partes en el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares por la entrada en vigor de ese instrumento.
Según recordó Nakamitsu, la ONU fue creada para prevenir el flagelo de la guerra y en cumplimiento de ese objetivo, corresponde a todos los Estados miembros procurar la abolición de las armas más mortíferas jamás creadas.
El 9 de agosto de 1945, la fuerza aérea estadounidense lanzó la bomba «Fat Man» sobre Nagasaki, luego de que tres días antes otro avión bombardero dejó caer en Hiroshima a «Little Boy», que devastó un rango de 13 kilómetros cuadrados.
Ambos ataques provocaron la muerte de más de 140 mil personas y en ese mismo mes de agosto, el emperador nipón Hirohito oficializó un anuncio de rendición materializado el 2 de septiembre de 1945.
Fue el entonces presidente de Estados Unidos, Harry S. Truman, quien en el marco de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) autorizó el bombardeo, con el argumento de que Japón se había negado a aceptar la rendición propuesta por los aliados.