Toluca, Estado de México, 25 de agosto de 2021.-
El fin de semana el paso del huracán Grace por Veracruz dejó un saldo de al menos nueve muertos; además causó destrozos, lluvias torrenciales y severas inundaciones, por lo que, a los seres humanos nos cuesta creer que un fenómeno meteorológico de tal magnitud tenga algún tipo de beneficio.
Los huracanes son ciclones tropicales, caracterizados por una circulación cerrada alrededor de un centro de baja presión, que se alimentan del aire cálido y húmedo disponible sobre los océanos tropicales. En el pasado, llegaban por sorpresa y acababan con la vida de miles de personas.
Aunque parezca imposible o difícil de creer y ante un panorama de destrucción y de muerte cuando se menciona el paso de un huracán por cierta zona, estos tienen funciones medioambientales claves. Algunas tormentas tropicales y huracanes generan efectos positivos en el planeta y sobre todo en los océanos.
Varios expertos han confirmado que el calentamiento global es el responsable de las tormentas que se producen cada vez más fuertes y frecuentes. Los recientes huracanes han demostrado estos fenómenos son una respuesta a la inminente contaminación.
Un huracán (tifón o ciclón tropical) es un fenómeno físico que ocurre en zonas tropicales porque se transfieren enormes cantidades de energía desde el agua caliente del océano hacia la atmósfera”, de acuerdo con Mauricio Romero, biólogo marino de la Universidad Javeriana.
La contaminación calienta los océanos y cuando esto pasa, la naturaleza, para protegerse así misma del creciente efecto invernadero, proporciona los huracanes, pues estos actúan como un sistema de enfriamiento del planeta y ayudan a regular la temperatura de la Tierra.
Estos fenómenos son vientos rápidos y fríos, por lo que al pasar por los océanos los enfría y los refresca significativamente.
Según datos de un satélite de la NASA, que tiene como misión monitorear la precipitación tropical (el TRMM), en el 2005, el huracán Katrina y Rita enfriaron 4 grados celsius las aguas que tocaron en sus trayectorias. Los fenómenos terminaron refrescando el golfo 1ºC.
Los corales, animales que acogen a cientos de especies marinas, están sufriendo de una decoloración por el estrés debido al incremento repentino en la temperatura del agua. No solo se están blanqueando, los corales están perdiendo sus nutrientes y lamentablemente están muriéndose.
Cuando muere un coral, también lo hace todo un ecosistema, por ello es tan importante el paso de los huracanes, pues casi siempre contribuyen a que estos seres vivos no se blanqueen, ayudan a que sigan beneficiando a las anguilas, a los peces, las mantarrayas, las tortugas y demás animales marinos que necesitan de los corales para vivir.
Sin embargo, según el biólogo marino, Mauricio Romero, no todos los huracanes generan efectos benéficos en los corales.
Cuando los huracanes son muy fuertes como Irma o María, el oleaje y las corrientes son tan fuertes, que generan efectos catastróficos. El arrecife de coral se destruye y toma varios años en recuperarse”, afirmó Romero.
Los huracanes e incluso las tormentas tropicales también ayudan a que las lluvias lleguen a zonas donde normalmente no llegan, evitando así que sean desérticas.
Aunque sus lluvias torrenciales generan inundaciones y terminan siendo devastadoras para las ciudades, los huracanes aumentan el caudal de los ríos y ayudan también a limpiar la basura producida por los seres humanos que se han acumulado en las aguas.
Estos fenómenos también ayudan a limpiar y a renovar las aguas subterráneas y las estancadas, en donde posiblemente se producen enfermedades graves como el zika o el chikunguña.
Cuando un huracán se desplaza por una zona con alta densidad de bosque, puede tener un impacto similar al de los incendios. En áreas forestales, los fuertes vientos hacen que los árboles enfermos o débiles caigan contribuyendo al proceso de renovación del bosque.
Con información de (AMX Noticias)