Por Fausto Triana
Madrid, 16 nov (Prensa Latina) Aunque simbólico por su temprana desaparición física, Belkis Ayón exhibe hoy con todo el vuelo de su obra en el Museo Reina Sofía de Madrid, después de Wifredo Lam.
Para volver a poner en el firmamento el nombre de Cuba, cinco años más tarde que se expusiera una parte de la obra de Lam en uno de los museos más prestigiosos del mundo, en especial sobresaliente por su espíritu investigativo.
Así aterrizó en la capital española «Belkis Ayón: Colografías» con un espacio lleno de mitologías, magnetismo, imaginación y talento que la autora en una ocasión resumió:
«En realidad, los ojos en mi obra son lo que impresiona a la gente, lo que les intriga, porque son ojos que te miran muy directamente».
Presentada por el director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja, y la Comisaria de la exposición, Cristina Vives, se trata de la primera retrospectiva de la artista cubana Belkis Ayón (La Habana, 1967-1999) en Europa.
Reúne alrededor de 80 obras producidas entre 1986 y 1999, que profundizan en la corta pero intensa trayectoria de la artista, y que incluyen una selección de aproximadamente cincuenta colografías.
La colografía es una técnica de grabado poco usual, basada en matrices construidas a modo de collages, que Ayón desarrolló hasta generar un lenguaje artístico único caracterizado por una gran riqueza de matices y texturas.
En la tercera planta de la instalación aparece el espacio dedicado a la artista caribeña desde sus primeras experiencias con el mito Abakuá, como imaginario que la acompaña desde la presentación de su tesis en la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro en 1988.
También descuellan las series de marcado carácter escenográfico y obras de gran formato que representan multitud de personajes y transitan un complejo universo visual y simbólico que sincretiza la mitología y el ritual Abakuá.
Posee la fortaleza profunda de su quehacer pero también la fragilidad de los matrices colográficos y sus obras tan bien conservadas vienen desde La Habana, gracias al esmero y entrega de su familia para mantenerlas en buen estado, comentó la comisaria Cristina Vives.
Explicó además que en la exhibición de Madrid hay tres piezas inéditas encontradas en Italia y es reflejo de las dimensiones múltiples de la autora que construyó un discurso universal contra la marginalidad, la frustración, el miedo, la censura, la intolerancia o la violencia.
De acuerdo con los expertos, gran parte de la obra de Ayón se centra en su reinterpretación de la iconografía mítica Abakuá, una sociedad secreta y de ayuda mutua afrocubana, de cuyo universo simbólico se apropia para resignificarlo.
Ayón realizó en 1988 por primera vez colografías de gran formato ensamblando hasta nueve secciones impresas que fueron presentadas en la exposición Propuesta a los veinte años, celebrada en una galería de La Habana.
A partir de ahí hilvanó una brillante carrera que incluyó obras como La cena; Nlloro; La consagración I, II y III; Sostenme en el dolor; Desasosiego/Restlessness o My Vernicle, todas de alguna forma vinculadas a su acercamiento a lo religioso y Abakuá.
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