Washington, 1 mar (Prensa Latina) La implementación de la ley de infraestructuras aprobada el año pasado por el Congreso estadounidense es uno de los anhelos del presidente Joe Biden, según manifestó hoy en su primer discurso sobre el estado de la Unión.
En su pronunciamiento ante el Congreso, el mandatario estuvo enfocado básicamente en lo que para muchos son sus escasos logros, entre ellos la legislación valorada en 1,2 billones de dólares adoptada con apoyo bipartidista.
Al referirse a esa medida y su implementación afirmó que Estados Unidos tendrá «una década de infraestructuras».
El jefe de la Casa Blanca reiteró que con ese plan van a crearse millones de puestos de trabajo y se van a modernizar puertos, aeropuertos y carreteras, entre otras edificaciones en aras de competir en ese aspecto con el resto del mundo y especialmente con China.
Aseguró que eso será posible de lograr con justicia ambiental y la compra de insumos con el dinero de los contribuyentes será dentro del país para respaldar los negocios nacionales.
Propuso al Congreso la aprobación de una ley de innovación destinada a aumentar la competitividad. «No perdamos tiempo, envíenmela para promulgación y vamos a despegar en grande», expresó en su mensaje.
En medio de aplausos y coros de «Estados Unidos, Estados Unidos», el gobernante manifestó que se enfocará en priorizar la producción nacional para no depender de las cadenas de suministros extranjeras y así contribuir a detener el alza de los precios que tanto afecta a las familias.
Con una alocución llena de expresiones de optimismo, Biden intentó levantar los ánimos de los estadounidenses y también su índice de popularidad en las encuestas, que antes del discurso rondaba el 37 por ciento.
Paralelamente a los temas domésticos relacionados con la economía, la seguridad, la migración o la salud, el jefe de la Casa Blanca dedicó un tercio de su discurso para arremeter contra Rusia por su operación militar en Ucrania y anunció el cierre del espacio aéreo para aviones del país euroasiático.
Sus intenciones de endurecer aún más las acciones punitivas contra Moscú, generaron aplausos de un auditorio con varios asistentes con vestuarios azul y amarillo, en alusión a los colores de la bandera ucraniana.
Estados Unidos y la OTAN llevan meses alentando las tensiones en Europa del Este, a donde desplazaron parte de sus efectivos en momentos en que Rusia no tenía prevista la incursión militar que busca desmilitarizar y desnazificar Ucrania, de acuerdo con el Kremlin.