Ciudad de México, 31 de marzo de 2022.
La diabetes tipo II es una de las diez enfermedades que provocan más muertes en el mundo y en México, debido a que nuestro país se encuentra en los primeros lugares a nivel mundial en cuanto a obesidad.
Y es justamente esta condición de sobrepeso y obesidad por un estilo de vida sedentario y una alimentación poco sana, que se desarrolla la diabetes, indica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De acuerdo con los datos, entre el año 1990 y el 2014, el número de casos de diabetes en el mundo se cuadriplicó, llegando a un total de 422 millones de personas con esta condición.
La enfermedad se caracteriza por mantener un nivel excesivo de glucosa o azúcar en la sangre, ya que el organismo es incapaz de deshacerse de ella, sobre todo porque el páncreas no genera insulina (diabetes tipo I) o porque no responde a la insulina que produce (diabetes tipo II).
Hasta ahora todos sabemos que la diabetes no tiene cura, aunque sí puede ser controlado, brindando una mejor calidad de vida a los pacientes.
Pero un estudio realizado por el científico Roy Taylor de la Universidad Newcastle en Inglaterra, asegura que la diabetes tipo II es reversible, es decir podría desaparecer del organismo.
¿Cómo? con una buena alimentación y ejercicio que lleven al organismo a un estilo saludable.
Ya sabemos que la obesidad y el sobrepeso son la principal causa de esta enfermedad, por ello es indispensable perder peso, sobre todo entre quienes tienen obesidad mórbida o extrema, quienes pueden ser sometido a operaciones bariátricas como el baipás o la manga gástrica.
Ambas operaciones tienen como objetivo reducir el tamaño del estómago para que las personas disminuyan su ingesta calórica y, con ello, puedan disminuir también sus niveles de glucosa en la sangre.
Estas cirugías son distintas, porque el baipás crea una pequeña bolsa desde el estómago para conectarla directamente con el intestino delgado, y con la manga se reduce el tamaño del estómago a una forma tubular.
El estudio analizó el historial de pacientes con diabetes que fueron sometidos a dieta y a este tipo de cirugías.
Tras el tratamiento, en los tres grupos hubo un mejor control glucémico, aunque en los que hicieron dieta rigurosa los pacientes perdieron entre 5.4 y 8 kilos, los grupos con intervenciones bariátricas perdieron entre 8.5 y 29.4 kilos.
Esto les provocó un aumento de la sensibilidad a la insulina, por lo que los niveles de hemoglobina glucosilada (HbA1C) -la cantidad de hemoglobina unida a la glucosa en la sangre, cuyo nivel normal varía entre 5.7%-6.4%- fueron significativamente menores.
Del grupo con el baipás el 45% logró HbA1C de 6.0% o menos, mientras que en el grupo de la manga gástrica 36% logró ese porcentaje.
Otro estudio, en el que los pacientes se sometieron a una estricta dieta basada en la ingesta de tres malteadas muy bajas en calorías (625-850 cal/día) durante ocho semanas, y luego un plan alimenticio equilibrado de seis meses, lograron un control de la glucosa, sensibilidad a la insulina, secreción de insulina y contenido de grasa hepática y pancreática tras las ocho semanas y después de los seis meses.
En ayunas la glucosa de estos últimos oscilaron en niveles normales, entre 70 y 90 miligramos por decilitro (mg/dL).
Sus resultados mostraron que inmediatamente después de que transcurrieron las primeras ocho semanas de estar en este régimen alimenticio, el 87% de las personas con diabetes tipo II de corta duración y el 50% de los grupos con diabetes tipo II más larga lograron niveles de glucosa plasmática en ayudas no diabética.
Lo increíble es que incluso quienes habían vuelto a su dieta normal, seguían estando libres de diabetes después de seis meses.
El investigador Roy Taylor explicó al New York Times que una posible explicación tiene que ver con la forma en la que el hígado almacena la grasa, porque si el hígado tiene demasiada grasa, producto de una dieta alta en calorías, éste puede derramarla sobre el páncreas limitando así la secreción de insulina.
Así que si una persona disminuye su consumo calórico, el cuerpo puede utilizar la grasa del hígado, permitir que el páncreas vuelva a generar insulina y, con ello, disminuir la glucosa, logrando revertir la diabetes.