El día después de la reelección de Macron

París, 25 abr (Prensa Latina) Celebración en el oficialismo, esperanzas opositoras y júbilo acompañado de preocupación tras la derrota de la extrema derecha, marcan hoy en Francia el día después de la reelección de Emmanuel Macron en el balotaje de las presidenciales.


Las reacciones abundan, cada quien con su lectura particular de lo ocurrido ayer, cuando el mandatario consiguió otros cinco años en el Palacio del Elíseo con el 58,54 por ciento de los votos, un resultado mejor que el proyectado por las encuestas, pero inferior al 66 por ciento alcanzado hace un lustro en el primer duelo contra Marine Le Pen.


Sin embargo, el nivel de abstencionismo y de boletas en blanco o anuladas, un 34 por ciento del total de los 48,7 millones de electores inscritos, y el avance de la ultraderecha «Le Pen consiguió la víspera dos millones 600 mil votos más que en 2017», ofrecen elementos suficientes para el análisis y las hipótesis sobre qué sucederá en el país.


Tampoco debería ignorarse que el propio jefe del Estado reconoció que muchos lo respaldaron por la simple razón de evitar la llegada al poder de la extrema derecha, y no por comulgar con sus ideas, un escenario que según algunos sondeos pudo motivar hasta a cuatro de cada 10 ciudadanos que depositaron la boleta a su favor.


Por lo pronto, el triunfo de Macron fue categórico, y esta mañana el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, lo calificó de una bella victoria y de una muestra de adhesión de millones de franceses a las políticas del presidente, quien fue el primero desde el 2002 en lograr la reelección.


También el portavoz gubernamental, Gabriel Attal, expresó satisfacción, así como su convencimiento de que los franceses darán al mandatario los medios necesarios para actuar y protegerlos.


Después del éxito en las urnas, el siguiente paso corresponde a la gestación de un nuevo gobierno, con la remisión de la renuncia de los ministros confirmada por el primer ministro Jean Castex, a quien sucederá en el cargo probablemente una mujer, con el nombre de Élisabeth Borne como el más citado en la prensa.


LA MIRA EN LAS LEGISLATIVAS
Para la oposición de derecha y de izquierda, el oficialismo consiguió el domingo una victoria frágil, con solo un 38,52 por ciento del total de votantes que apoyó a Macron, un resultado únicamente mejor que el 37,51 de Georges Pompidou en 1969.


De acuerdo con el líder de La Francia Insumisa y excandidato presidencial, Jean-Luc Mélenchon, el presidente reelecto «flota en un océano de abstención y de boletas en blanco y nulas», en unos comicios con 13 millones 656 mil ausentes a las urnas, un 28 por ciento del electorado.


En ese sentido, Mélenchon reiteró la convocatoria a la Unión Popular de la izquierda para las elecciones legislativas de junio, con el objetivo de impedir que La República en Marcha mantenga su dominio en la Asamblea Nacional, instancia parlamentaria que en suelo galo tiene la última palabra.


También el secretario nacional del Partido Comunista y exaspirante al Elíseo, Fabien Roussel, abogó por un acuerdo global de la izquierda de cara a las legislativas, motivada por el hecho de que Macron seguirá en el poder fruto más que todo del rechazo a la representante de la extrema derecha.


Por su parte, la excandidata del partido conservador Los Republicanos en la primera ronda, Valérie Pécresse, advirtió que el triunfo de Macron no oculta las fracturas de Francia, las cuales explican la cifra tan alta de sufragios a la cuenta de la ultraderechista Le Pen, alrededor de 13 millones 300 mil.


Pécresse puso igualmente la mira en los comicios parlamentarios, que prometen una batalla encarnizada, quién sabe si con el resultante de un nuevo equilibrio de fuerzas.


La reelección de Macron dio a su vez la voz de arrancada para las legislativas, que demostrarán si la izquierda unida puede imponerse y la magnitud del avance de la extrema derecha, una preocupación de no pocos en Francia.


De hecho, Le Pen dedicó su discurso de anoche más a defender la tesis de que sus ideas «alcanzaron nuevas alturas», que a asumir el fracaso.


El camino por recorrer parece desafiante, Macron prometió reinventarse y gobernar con un método diferente al aplicado en el quinquenio de gestión que culmina, en aras de «ampliar y unir», mientras la oposición perfila las legislativas como una suerte de tercera vuelta, tal vez con mayores opciones de derrotar al mandatario.