Washington, 2 may (Prensa Latina) El gobernador de Tennessee, Bill Lee, suspendió hoy las ejecuciones durante el resto del año para permitir una revisión de los procedimientos judiciales a los que son sometidos los presos en ese territorio.
La decisión fue anunciada debido a un descuido durante la preparación de una inyección letal, que obligó al estado a interrumpir la ejecución de Oscar Smith, de 71 años, una hora antes de que ocurriera. Lee no agregó más detalles acerca de qué ocurrió exactamente.
«Examino cada caso de pena de muerte y creo que es un castigo apropiado para crímenes atroces», dijo Lee y añadió que, sin embargo, la ejecución es un asunto extremadamente serio, y espero que el Departamento Correccional de Tennessee no deje dudas de que los procedimientos se siguen correctamente.
La medida se produce después de que los abogados de Smith pidieran la semana pasada una moratoria y una revisión de los protocolos de pena de muerte del estado.
Según el Defensor Público Federal Kelley Henry, la decisión del gobernador Lee de pausar las ejecuciones a la espera de una revisión independiente del protocolo de inyección letal de Tennessee demuestra un gran liderazgo.
Henry dijo que la noche anterior a la ejecución, solicitó los resultados de las pruebas de «potencia, esterilidad y endotoxinas» que se supone que deben realizarse a los fármacos, pero no recibió respuesta.
El defensor sospecha que al menos dos de los tres fármacos para la ejecución fueron compuestos, en lugar de fabricados comercialmente.
Aunque la inyección letal se adoptó como alternativa humana a la silla eléctrica, ha sido objeto de constantes problemas y demandas.
Según los funcionarios públicos, los reclusos están inconscientes y no pueden sentir dolor. Sin embargo, los testigos expertos han afirmado que éstos sienten que se ahogan, se asfixian y se queman vivos, sin poder moverse ni gritar.
De los siete reclusos que el estado ha ejecutado desde 2018, cuando se puso fin a una pausa en las ejecuciones que se remontaba a 2009, cinco eligieron morir en la silla eléctrica.
Smith fue condenado a muerte por apuñalar y disparar mortalmente a su esposa, Judith Smith, y a los hijos adolescentes de ésta, Jason y Chad Burnett, en su casa de Nashville el 1 de octubre de 1989.
A sus 72 años, Smith es el preso de mayor edad del corredor de la muerte de Tennessee. Su indulto expira el 1 de junio, tras lo cual el Tribunal Supremo del estado fijará una nueva fecha de ejecución.