Washington, 20 may (Prensa Latina) Las primarias republicanas del 24 de mayo en Georgia, Estados Unidos, pondrán a prueba el poder del expresidente Donald Trump dentro de esa tolda política, estiman hoy expertos.
Luego de obtener resultados mixtos el martes último donde candidatos que apoyó vencieron y otros fueron derrotados en las elecciones internas de los llamados rojos, el exgobernante enfrenta un serio desafío al tratar de quitar del camino al actual gobernador de Georgia, Brian Kemp (R).
Lo que está en juego es cada día mayor para el expresidente antes de las primarias republicanas de Georgia el martes, adelantó un análisis publicado en The Hill. Las primarias serán la última prueba de su fuerza dentro del Partido Republicano. Es una prueba que podría fallar, puntualizó Niall Stanage en su columna The Memo.
Las elecciones se producen inmediatamente después de las contiendas clave de esta semana, particularmente en Pensilvania y Carolina del Norte, donde los candidatos respaldados por el político tuvieron resultados mixtos.
En Georgia, el magnate arremete contra Kemp, una y otra vez, respaldando a su principal oponente, el exsenador David Perdue. El principal pecado de Kemp a los ojos de Trump, precisó Stanage, es su negativa a favorecer los esfuerzos para anular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020.
A principios de este mes, al participar en un «tele-mitin» para Perdue, Trump lo criticó como «un RINO verdaderamente horrendo», el acrónimo irrisorio que significa republicano solo de nombre, agregó Stanage.
El actual gobernador tiene una ventaja en las encuestas sobre Perdue de cerca de 30 puntos, lo que de materializarse en las urnas marcaría el mayor descalabro del expresidente quien se autoproclama rey de los apoyos.
Señaló Stanage que los republicanos y los observadores independientes explican la sólida ventaja de Kemp en las encuestas porque este es muy conservador desde cualquier punto de vista razonable y tiene sólidos índices de aprobación.
Eso deja a la candidatura de Perdue esencialmente dependiente de un solo argumento: que Kemp debería haber cooperado en los esfuerzos del exmandatario para anular la elección, apuntó el analista.
No obstante, dijo, no hay evidencia real de que sea suficiente crear una campaña ganadora para derrocar a un poderoso gobernador en ejercicio.
Georgia es un territorio molesto para Trump y allí perdió ante Biden por unos 12 mil votos de los alrededor de cinco millones emitidos para los dos candidatos principales y según Stanage «podría ser un hueso más duro de roer».