Washingto, 26 jun (Prensa Latina) Las desigualdades sociales hacen de los latinos en Estados Unidos uno de los segmentos poblacionales vulnerables, condición que tuvo especial impacto durante la pandemia de la Covid-19.
No pocos trabajadores latinos se mostraron reacios a someterse a pruebas del coronavirus SARS-CoV-2 y a recibir tratamiento para la mencionada enfermedad por miedo a perder su medio de subsistencia.
Para algunos observadores, ello puso al descubierto deficiencias esenciales en la capacidad del sistema de atención médica de ese país para asistir a los menos favorecidos y prestar servicios sanitarios por igual a todas las personas en riesgo.
El privilegio social, o la falta de este, perjudicó la posibilidad de muchos latinos de protegerse de la transmisión de la Covid-19 y mantener económicamente a sus familias, señalaron.
Los niveles de fragilidad dentro de esa comunidad son evidentes en los puestos laborales de bajos salarios, las diferencias educativas y las barreras lingüísticas, limitaciones financieras, factores sociales y condiciones de vida.
A lo anterior se adicionan las afecciones médicas concurrentes que en este tiempo de pandemia generaron una mayor tasa de morbilidad y mortalidad.
La emergencia sanitaria, sin duda, puso de manifiesto una realidad que confirman las estadísticas.
En 2019, el 18,7 por ciento de la población hispana no tenía cobertura de seguro médico, en comparación con el 6,3 por ciento de la blanca no hispana, de acuerdo con datos publicados por la Oficina de Salud de las Minorías.
La pandemia profundizó las diferencias para la comunidad latina en cuanto al acceso a los cuidados de salud y disparidades en las tasas de enfermedad, exposición, pruebas y prevención.
El presidente norteamericano, Joe Biden admitió poco después de asumir el cargo el pasado año que «la tranquilidad que proviene de tener una cobertura de salud asequible y de calidad debería ser un derecho, no un privilegio, para todos los estadounidenses».
Pero, lamentablemente, la generalidad no cuenta con esa posibilidad. Por ejemplo, en noviembre de 2021, los índices de mortalidad, hospitalizaciones y contagios entre los latinos fueron de 2,1, 2,5 y 1,6 veces más altas, respectivamente, que las de los blancos no latinos. Y esas cifras, a juicio de especialistas, se pueden prevenir.
Algunos críticos advierten que la Covid-19 no discrimina, sino el sistema político, económico y social en el que se aloja.
Antes de la pandemia, Estados Unidos llevaba una década de recuperación tras la Gran Recesión, que comenzó en diciembre de 2007, pero el rescate no fue igual para todos. El uno por ciento de los que amasaron mayores ingresos se mantuvo tan fuerte como siempre en términos de riqueza, mientras que al otro bando le resultó difícil salir a flote.