Washington, 12 nov (Prensa Latina) Las elecciones de medio término, cruciales para definir el control del Congreso y también los comicios presidenciales de 2024, acapararon los principales titulares de la prensa en Estados Unidos durante la semana que concluye hoy.
Hasta ayer viernes, el país aún se mantenía pendiente al conteo de votos en Nevada y Arizona para conocer la nueva composición del Senado, mientras salen a la luz teorías de conspiración sobre la demora en el procesamiento de las boletas.
Aproximadamente 540 mil papeletas en Arizona y 95 mil en Nevada quedaban por contar tras los comicios del pasado martes 8 de noviembre, de acuerdo con estimaciones del canal CNN.
Informaciones de otros medios dan cuenta que en el primero de esos estados ya fue escrutado el 78 por ciento de los votos, y confieren una ventaja al titular de la Cámara Alta Mark Kelly (con un 51,7 por ciento de respaldo) con respecto al republicano Blake Masters (46,1).
Mientras, en Nevada, donde ya fueron tabuladas el 90 por ciento de las papeletas, el miembro del partido simbolizado con el color rojo Adam Laxalt, exfiscal general de la demarcación, superaba por poco a la senadora demócrata Catherine Cortez Masto, 49 por ciento frente al 48.
Aunque las autoridades alertaron que el recuento para dar los resultados podría demorar días e incluso semanas, algunos conservadores hicieron cuestionamientos sobre el proceso.
De cara a esos comentarios, funcionarios electorales trataron la víspera de disipar la información falsa sobre cuánto tardaron en analizar las votaciones.
El llamado a las urnas del pasado martes redefinirá el control del Congreso a partir de la decisión sobre 35 de los 100 escaños del Senado y los 435 de la Cámara de Representantes.
A su vez, los estadounidenses votaron por el destino de 36 gobernaciones y una serie de puestos estatales fundamentales, desde secretarios de Estado hasta jueces del Tribunal Supremo, lo cual, sin dudas, influirá igualmente en el resto de la presidencia de Joe Biden.
Entre lo más destacado de la jornada está lo acontecido en Florida, un estado que se vistió de rojo. Allí los candidatos republicanos consiguieron dar la vuelta a dos escaños demócratas, que fueron redibujados para favorecerlos.
Además, Ron DeSantis logró echarse en la bolsa al condado de Miami-Dade, que no había votado por un candidato republicano a gobernador en dos décadas, en una victoria rotunda, informaron medios locales.
A juicio de analistas ello podría establecer el precedente de un enfrentamiento con el exmandatario Donald Trump, por la nominación presidencial del partido en 2024.
Los expertos indican que el saldo de las elecciones intermedias para el «trumpismo» constituye un mal veredicto sobre su efecto general en la dirección y la marca del Partido Republicano.
DeSantis logró un segundo mandato por un margen de alrededor de 20 puntos, en un estado que, al menos hasta el pasado martes, todavía se consideraba un campo de batalla, aunque de tendencia conservadora.
El político republicano, que enfurece a los liberales con sus posturas sobre la migración, las regulaciones electorales y la educación, también mostró su atractivo electoral de otras maneras, y ahora mismo es considerado el rival más serio de Trump, si ambos deciden entrar en la carrera presidencial.
Por otra parte, el senador Marco Rubio derrotó a su contrincante demócrata, la representante Val Demings, asegurando su tercer periodo en el Congreso y consolidando aún más el control del Partido Republicano (GOP) en el sureño estado.
Biden dio una evaluación de la situación en caso de que los rojos tomen el controld el Congreso, durante una recaudación de fondos el viernes pasado en Chicago.
«Si perdemos la Cámara de Representantes y el Senado, van a ser dos años horribles», admitió y dijo que «la buena noticia es que tendré una pluma de veto».
No obstante, la resistencia mostrada por el partido Demócrata frente al Republicano en los comicios evitó que ese proceso se considere como una derrota para el presidente estadounidense, estiman analistas.
Por el momento sitios especializados confieren a los demócratas 48 escaños en la Cámara Alta y 49 a los conservadores, con la disputa para alcanzar la mayoría centrada en Arizona, Nevada y Georgia, este último con una segunda vuelta de las elecciones programada para el próximo 6 de diciembre.