Por Carmen Esquivel Sarría
Santiago de Chile, 14 feb (Prensa Latina) Rodolfo Reyes, abogado y sobrino del poeta chileno Pablo Neruda, aseguró hoy que los informes de dos laboratorios de Canadá y Dinamarca confirman el asesinato del Premio Nobel de Literatura con un arma biológica.
En entrevista exclusiva con Prensa Latina, afirmó Reyes que el peritaje entregado en la Corte Suprema ratifica la presencia en los restos del escritor y político de una gran cantidad de la bacteria Clostridium botulinum, incompatible con la vida de cualquier ser humano.
Esa bacteria, que ya tiene el nombre de Alaska E43 y es tóxica, fue inyectada en el cuerpo de Neruda y le causó la muerte, dijo Reyes.
El autor de Veinte poemas de amor y una canción desesperada falleció en la clínica Santa María, de esta capital, 12 días después del golpe militar de Augusto Pinochet contra el gobierno de la Unidad Popular del presidente Salvador Allende y un día antes de un viaje programado a México.
«La causa de su asesinato está a la vista. Después de la muerte de Allende y del asesinato de Víctor Jara, el otro de los íconos nacionales que estaba con vida era Pablo Neruda», declaró Reyes.
Recordó que el poeta había sido candidato a la presidencia, senador, embajador, cónsul, militante del Partido Comunista, entonces era un político connotado, además de ser un escritor.
A Neruda el presidente Luis Echeverría le había ofrecido un avión para irse a México, pero a la dictadura no le convenía que saliera vivo de Chile porque hubiera unificado a mucha gente en contra de Augusto Pinochet, dijo.
Interrogado por Prensa Latina sobre la coincidencia de estas revelaciones con el 50 aniversario del golpe de Estado, afirmó que esta investigación, iniciada hace 14 años, demostrará que Neruda no murió de cáncer, ni por la edad, sino por una intervención directa de agentes del Estado del tiempo de Pinochet.
«Ellos le quitaron la vida», aseguró.
«Para mí, como sobrino, es una conformidad poder decir derechamente que a Neruda lo asesinaron, pero, por otro lado, siento una pena muy grande que ese gran hombre haya sufrido los dolores causados por el envenenamiento», concluyó.