Viena, 25 jul (Prensa Latina) Múltiples polémicas rondan la vida y la muerte del músico alemán Ludwig van Beethoven, sobre todo, acerca de su estado de salud centrado hoy en la llegada aquí de restos del cráneo, 160 años después de su exhumación.
Primero su sordera, ahora la noticia gira en torno al regreso de su cráneo a Viena, luego de que el médico encargado de analizarlo en 1863 se quedó con unas piezas.
Los pedazos viajaron por medio mundo hasta ser heredadas por el empresario estadounidense Paul Kaufmann, el mismo que acaba de devolver la osamenta al lugar donde falleció el genio, alegó el sitio abcCultura.
Kaufmann afirmó a la prensa que se siente privilegiado por poder reponer los fragmentos del cráneo de Beethoven a donde pertenecen.
«Es un honor entregar estos valiosos segmentos, los de un músico prodigio», fueron las palabras del empresario en el Josephium de Viena, durante una ceremonia de donación.
Los restos permanecieron durante décadas en posesión de la familia de Kaufmann, quienes juntos tuvieron que huir del terror nazi, narró la fuente.
Entre los huesos, los dos más grandes provienen de la región del occipucio y de la frontal derecha y fueron adquiridos por Franz Romeo Seligmann (1808-892), médico y antropólogo vienés, y tío abuelo del donador.
Romeo Seligmann se hizo de esta pieza en 1863 cuando el cráneo del compositor fue exhumado para su estudio.
Ahora no solo llegaron a la residencia del músico, sino también a la Univerdad de Medicina de Viena para su investigación con las más modernas herramientas tecnológicas, precisó Kaufmann.
El empresario añadió que Viena quiere averiguar por fin cómo murió su más valorado concertista, quien vio deteriorada su salud con problemas estomacales.
Beethoven escribió: «Estoy seguro de que me iré muy pronto», y según algunas historias, días después sus palabras fueron: «Plaudite, amici, comedia finita est» (Aplaudid amigos, la comedia ha terminado).