Nigerinos demandan nacionalizar las minas de uranio

Niamey, 6  ago (Prensa Latina) Al borde de anticlímax por una intervención armada cuya materialización es dudosa, miles de nigerianos pidieron hoy aquí la nacionalización de las minas de uranio y, de paso, apoyaron al gobierno militar nacido hace 11 días.
La muchedumbre reunida en el estadio capitalino Seyni Kounche recibió con un ovación a  miembros del Consejo Nacional de Salvaguardia de la Patria (CNSP), nombre adoptado por los militares que el pasado 26 de julio defenestraron al presidente nigerino, Mohamed Bazoum, con un certero golpe de estado incruento.
Casi de inmediato, la Comisión Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) demandó la restitución en el cargo de Bazoum so pena de lanzar en cualquier momento a partir de la media noche de hoy una operación castrense para hacerlo por la fuerza.
Contra lo que pudiera pensarse la primera reacción no vino de los interesados, sino de Mali y, Burkina Faso, ambos colindantes, y de Guinea, tres países también de África occidental al igual que Níger, los cuales advirtieron que tomarían cualquier invasión como un acto de guerra en su contra.
A pesar de ese curso de los acontecimientos los jefes militares de la Cedeao culminaron la víspera una cumbre en Nigeria, estado presidente pro témpore de la entidad, durante la cual elaboraron el plan operativo para la incursión, cuyos detalles mantuvieron en la más absoluta reserva.
Los asistentes al acto en el estadio nigerino corearon consignas adversas a la presencia militar francesa en su país y demandaron la nacionalización de las minas de las cuales Francia, exmetrópoli colonial, extrae el uranio para sus centrales electronucleares.
«Níger es un país soberano»; «El pueblo está con su ejército», fueron algunas de las consignas de los manifestantes que además portaban banderas de su país, Argelia, Mali, Burkina Faso y Guinea.
Otra de las enseñas nacionales enarboladas fue la de Rusia en momentos en que ese país está sometido a sanciones por las potencias occidentales y es blanco de una campaña para que África reniegue de sus lazos con la potencia euroasiática que datan de la lucha anticolonial durante el siglo pasado.