Los resultados de la investigación en torno a los 43 estudiantes desaparecidos de la Normal Ayotzinapa, en el actual gobierno no tienen precedente, muestra es la clasificación y seguimiento de 87 millones de registros telefónicos.
Ello permitió a la Comisión Presidencial para la Verdad y Acceso a la Justicia en el Caso Ayotzinapa, ubicar 84 mil registros claves que permitieron geolocalizar 116 números activos entre los grupos de sicarios durante la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014.
En este intercambio de información se observa con claridad cómo se fue tejiendo la red de complicidad y operación entre el grupo delictivo Guerreros Unidos y las distintas autoridades para perseguir, violentar, detener y desaparecer a los 43 estudiantes.
Así, se pudo identificar la comunicación entre policías municipales de Cocula, Iguala, Tepecoacuilco y Huitzuco, en el estado de Guerrero, con el grupo ‘Los Bélicos’, que formaban parte de la policía de Iguala.
Con este rastreo, se concluyó que los estudiantes desaparecidos fueron divididos en al menos seis núcleos al salir de la terminal de autobuses de Iguala, con lo que se desmorona la versión de la llamada verdad histórica, presentada por el entonces procurador Jesús Murillo Karam, en la que afirma que todos los estudiantes fueron entregados al grupo de Guerreros Unidos y quemados en el basurero de Cocula.
El Gobierno de México refrenda que el compromiso es analizar todos los elementos que desde la comisión se han trabajado para esclarecer con pruebas y registros lo sucedido la noche de la desaparición de los normalistas.