La Habana (Prensa Latina) El Emirato Islámico de Afganistán cumple dos años desde la entrada del Talibán al poder, y ya sea mucha o poca, las informaciones que se generan en esa nación surasiática aún llegan al público, aunque quién sabe por cuánto tiempo más.
Por Nicholas Valdes
Y es que el periodismo es hoy en Afganistán una profesión moribunda y la prensa, un sector que se extingue.
De los aproximadamente 12 mil periodistas -tanto hombres como mujeres- que tenía Afganistán en 2021, más de dos tercios han abandonado la carrera, sobre todo féminas.
De acuerdo con el último reporte de la Asociación Afgana de Periodistas Independientes, el 80 por ciento de las mujeres declinaron sus puestos de trabajo después de agosto de 2021.
Según el Sindicato Nacional de Periodistas de Afganistán, más del 70 por ciento de los medios de comunicación detuvieron sus operaciones en 2021 por falta de recursos y las restricciones de acceso a la información.
Se estima que el primer clavo del ataúd se colocó el 18 de noviembre de 2021, a los tres meses de instituirse en el Emirato Islámico (gobierno Talibán) un organismo de control de los medios de comunicación.
La entidad reguladora, denominada Nehad Rasana-e-Afghanistan, inició sus funciones con la revisión de estatus de las periodistas y lo que sucedió después es historia conocida, las autoridades despidieron a las mujeres.
En febrero de 2022, la Federación de Organizaciones de Periodistas y Medios de Afganistán expresó su preocupación de una posible desaparición de la prensa.
Representantes de esa entidad advirtieron que, de no prestarse atención inmediata a los problemas financieros de los medios, ninguno permanecería activo en los próximos seis meses.
La organización instó al Ministerio de Información y Cultura a reanudar las actividades del comité que investiga las violaciones relacionadas con los medios.
En mayo de 2022, varios organismos reportaron los primeros casos de desapariciones de periodistas.
El Ministerio del Interior informó sobre el inicio de las investigaciones para determinar el paradero y estado de Ali Akbar Khairkhwa, periodista del diario Subh-e-Kabul, y Jamaluddin
Deldar, director de la estación de radio Paktia Gardiz Voice.
Las autoridades del Talibán negaron su participación en arrestos de profesionales de la prensa.
Vale recordar que desde agosto de 2022, en Afganistán se documentaron más de 140 casos de violencia contra periodistas.
En octubre del 2022, el Ministerio de Información y Cultura reiteró la necesidad de aprobar una ley de medios masivos de comunicación, ante las violaciones -cada vez más frecuentes- en ese sector.
No tenemos una ley de medios. El ministerio ajustó el proyecto y lo enviamos al líder del Emirato Islámico como una prioridad, declaró el jefe de publicaciones de la cartera, Abdul Haq Hammad, pero la respuesta nunca llegó.
Solo un mes después, la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán reveló que, tras el colapso del gobierno anterior, se registraron más de 200 casos de violaciones de los derechos de los periodistas.
Por su parte, el Comité para la Protección de los Periodistas alertó que el país surasiático se ubica entre los cinco primeros del mundo donde no se han tratado los casos de asesinato de reporteros.
Ya en enero de 2023, decenas de profesionales de la prensa en la oriental provincia de Paktia criticaron la falta de acceso a la información y reiteraron que el problema tiene un impacto negativo en sus actividades.
Pero, una vez más, los representantes gubernamentales aseguraron que cooperarían con los medios en cuanto al acceso a la noticia, sobre asuntos que no estén en contra de los intereses nacionales.
En días recientes, las autoridades de la provincia de Nangarhar cerraron las instalaciones de radio y televisión de la cadena Hamisha Bahar, en virtud de la Sharia (Ley Islámica) y al mismo tiempo desalojaron a las estaciones de radio Nen y Jawanan que radicaban en ese inmueble y compartían los equipos técnicos de transmisión.
LA CRUEL REALIDAD
Los datos de la Asociación Afgana de Periodistas Independientes reflejan que cerraron sus puertas más de la mitad de los 547 medios de comunicación registrados en 2021.
De los 150 canales de televisión, quedan menos de 70; de las 307 estaciones de radio, solo 170 siguen transmitiendo; y el número de agencias de noticias disminuyó de 31 a 18.
Llega el segundo aniversario de la ascensión del Talibán al poder y, como pasa también con la educación para el sector femenino, los profesionales de la prensa siguen reclamando sus derechos; aunque la cruel realidad muestra que para las mujeres no hay horizonte próspero.
El periodismo en Afganistán languidece. Según los analistas es solo cuestión de tiempo para que la extinción informativa se concrete, lo cual -paradójicamente- contradice todo el discurso del gobierno acerca de abrirse al mundo.