Washington, 23 sep (Prensa Latina) El legislador demócrata por Nueva Jersey Robert «Bob» Menéndez anda hoy en aprietos, renunció a su cargo como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, tras ser acusado por aceptar cuantiosos sobornos.
«Hasta que se resuelva el asunto», es que el legislador se mantendrá alejado del puesto, de acuerdo con la observación del líder de la mayoría en esa cámara del Congreso, Chuck Schumer.
La acusación, que es tema destacado en los medios de prensa estadounidenses, señala que el político de origen cubano recibió una serie de prebendas, que van desde dinero en efectivo hasta lingotes de oro, pagos de hipoteca, compensaciones por «trabajos», un lujoso vehículo y otros artículos de gran valor.
Pero el senador, de 69 años, quien se hunde en este barco junto a su esposa Nadine Menéndez, alega que es inocente y criticó «los excesos de los fiscales».
Según Menéndez «los hechos no son como se presentan», pues «durante años, fuerzas tras bastidores han intentado repetidamente silenciar mi voz y cavar mi tumba política».
La decisión anunciada cumple con una de las reglas de la Conferencia Demócrata del Senado: los miembros que ocupan cargos de liderazgo o que presiden comités deben renunciar si son imputados de un delito grave.
De hecho, si los cargos son desestimados o reducidos, el implicado podría retornar a su posición, algo similar a lo que ocurrió con él en 2015 por eso esto, en cierta medida, huele a déjà vu.
La actual acusación, que parte de una investigación sobre corrupción pública llevada a cabo durante años por el Departamento de Justicia, responsabiliza a Menéndez de tres cargos relacionados el soborno, fraude y extorsión en sus vínculos con tres empresarios de Nueva Jersey.
Esos tres socios, identificados como Wael Hana, José Uribe y Fred Daibes, son también coacusados y se enfrentan a dos cargos.
Los fiscales federales en el Distrito Sur de Nueva York hicieron el anuncio durante una conferencia de prensa este viernes y dijeron que la pesquisa está en curso.
La acusación de 39 páginas afirma que, a partir de 2018, Menéndez y su esposa aceptaron cientos de miles de dólares en sobornos a cambio de usar su poder e influencia como senador estadounidense para enriquecer y proteger a los tres empresarios y beneficiar supuestamente al Gobierno de Egipto.
Agentes federales encontraron más de 480 mil dólares en efectivo durante una búsqueda en la casa de la pareja en junio de 2022, «gran parte metido en sobres y escondido en ropa, armarios y una caja fuerte», así como más de 70 mil dólares en una caja de seguridad perteneciente a Nadine Menéndez.
También hallaron lingotes de oro por valor de más de 100 mil dólares, de acuerdo con la acusación.
De igual forma decomisaron numerosos artículos pagados por Hana, Daibes o Uribe, incluidos muebles para el hogar y un Mercedes-Benz convertible.
Los fiscales alegan que la «relación corrupta» entre Menéndez y los empresarios comenzó alrededor de 2018, cuando Hana y Nadine Menéndez «trabajaron para presentar a funcionarios militares y de inteligencia egipcios» al senador con el objetivo de establecer un «acuerdo corrupto».
El acuerdo exigía que Hana, con la ayuda de Daibes y Uribe, proporcionara sobornos a los Menéndez a cambio de que el senador utilizara su postura para beneficiar al gobierno egipcio, a Hana y a otros.
Los problemas de Menéndez con la justicia por actitudes corruptas tienen cola. En 2015 fue acusado de cargos federales de corrupción por presuntamente no informar sobre numerosos obsequios de un donante político en cuyo nombre intercedió ante varias agencias gubernamentales.
En aquel momento negó haber actuado mal y se declaró inocente, y continuó sirviendo en el Senado.
Su juicio comenzó en septiembre de 2017 y dos meses después terminó nulo tras no llegar el jurado a un veredicto y en enero de 2018, el Departamento de Justicia anunció que no volvería a juzgar a Menéndez.
Sin embargo, tres meses después, el Comité de Ética del Senado lo amonestó «severamente» y le ordenó que «reembolsara el valor justo de mercado de todos los obsequios no permitidos que aún no se hayan pagado» y en noviembre de ese propio año fue elegido para un tercer mandato en la Cámara Alta.
Bob Menéndez, considerado como «el más republicano de los demócratas», se ha destacado por su posición de hostilidad hacia Cuba (país donde nacieron sus padres), siendo artífice, junto a otro grupo de congresistas anticubanos por tratar de impedir cualquier cambio de política del Gobierno de Estados Unidos hacia la isla.
Para sustituirlo temporalmente se designó al senador por Maryland Ben Cardin, quien es el demócrata de mayor rango en el panel.
En 2015, Cardin apoyó la decisión de entonces administración de Barack Obama de sacar a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, una recomendación que calificó de paso importante en los esfuerzos entonces de ambos países para tratar de normalizar las relaciones.