La Habana, 4 oct (Prensa Latina) Los 10 boxeadores cubanos que competirán en Santiago 2023 ultiman hoy su preparación, con el reto de mantener su tradicional reinado en Juegos Panamericanos y aportar medallas a la delegación de la isla.
El presidente de la Federación cubana de la disciplina, Alberto Puig de la Barca, destacó que ese propósito es asumido por cada uno de los atletas del equipo nacional, el cual atraviesa ahora mismo un recambio generacional en varias categorías y por primera vez en estas citas intervendrá en la lid femenina.
Precisamente, el deporte de los puños es uno de los que abre el calendario de competencias en la capital chilena, pues tendrá actividad ya desde el 19 de octubre, la fecha previa a la ceremonia oficial de inauguración.
El torneo contempla todas sus finales programadas para el día 28 y presenta el incentivo de ser una de las disciplinas que dé clasificación directa (al menos dos cupos por división) para los Juegos Olímpicos de París 2024, por lo que se espera una amplia presencia por países y de sus mejores púgiles, advirtió Puig.
Encabezada por los tricampeones panamericanos Julio César La Cruz (división de los 92 kg) y Lázaro Álvarez (63,5), así como el dos veces titular olímpico Arlen López (80), en la rama varonil la escuadra cubana conjuga experiencia y juventud, pues a ellos se suman Alejandro Claro (51), Saidel Horta (57), Jorge Cuéllar (71) y Fernando Arzola (+92).
Sobre estos últimos, señaló el directivo, se trata de figuras noveles que debutarán en unos Juegos a este nivel, aunque Claro, Horta y Arzola ya consiguieron subir al podio del Campeonato Mundial efectuado este año en Tashkent, Uzbekistán.
Entretanto, en la lid para damas, que constará de seis divisiones, Cuba estará representada en tres por Legnis Calá (57), Arianne Imbert Lamote (66) y Yakelín Estornell (75), quienes albergan la experiencia previa de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador, en los que alcanzaron una plata y dos bronces.
Semanas atrás, el equipo completo pudo efectuar un tope de fogueo en Francia que resultó especialmente beneficioso para las tres atletas del boxeo femenino.
No obstante, explicó Puig, su camino en Santiago se vislumbra más complicado, dada la presencia de Estados Unidos y Canadá, potencias en esta modalidad, y de atletas consolidadas como la panameña Atheyna Bylon (75), doble medallista mundial.
Aun así, el reto competitivo de luchar por una medalla está presente, sobre todo después que el boxeo, considerado el buque insignia de Cuba en citas multideportivas, se viera desplazado sorpresivamente en la propia lid centrocaribeña de San Salvador al tercer puesto con una cosecha de nueve preseas (2-2-5), por detrás de Colombia (5-4-2) y República Dominicana (2-4-3)
Aunque su primera medalla la alcanzó Cristóbal Hernández (plata en los 67 kg) en Buenos Aires 1951 y su primer título Roberto Caminero (60) en Sao Paulo 1963, los púgiles de la isla siempre han dominado este deporte en los Juegos Panamericanos desde la edición de Winnipeg 1967.
Hace cuatro años, en Lima 2019, también prolongaron ese reinado con un botín de 10 metales (8-1-1), si bien entonces el Coliseo Miguel Grau de la capital peruana acogió combates en 10 categorías de peso masculinas y solo cinco para damas.