Naciones Unidas, 7 nov (Prensa Latina) Las mujeres y niñas desplazadas de conflictos enfrentan en todas partes la peor de las guerras que ellas no iniciaron, aseguró hoy la directora ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), Natalia Kanem.
Los acontecimientos en Medio Oriente o los seis meses de hostilidades en Sudán muestran cuán frágil es la paz, dijo la representante en declaraciones a la prensa desde la sede del organismo.
Las hostilidades dejan devastadores consecuencias para los más vulnerables, en particular para las féminas de todas las edades.
«En todas partes del mundo vemos mujeres y niñas obligadas a enfrentar la peor de las guerras. Y lo que necesitan es paz, paz en sus hogares y comunidades», remarcó.
La directora de Unfpa mencionó como ejemplo los desafíos que enfrenta en Chad como consecuencia de los desplazamientos desde naciones vecinas.
«A pesar de ser uno de los países más pobres del mundo, Chad ahora acoge a más de un millón de refugiados, incluido alrededor de medio millón que huyeron recientemente del conflicto en Sudán durante los últimos seis meses, la mayoría, mujeres y los niños», agregó.
Ese país enfrenta una emergencia humanitaria y el impacto desproporcionado de una crisis climática que no es provocada por dicha nación, sin mencionar los retos socioeconómicos y de otro tipo para el desarrollo.
Como consecuencia, muchas de las mujeres refugiadas son víctimas de violencia de género en los países de los que huyeron o en los campos donde viven ahora.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) aseguró este martes que 4,5 millones de personas están desplazadas internamente en Sudán, mientras que otros 1,2 millones han huido a Chad, Egipto y Sudán del Sur, así como a Etiopía y la República Centroafricana.
Casi seis millones fueron obligadas a desplazarse desde el inicio de los combates en abril de este año.
Acnur calificó esta crisis de inimaginable y alertó de las consecuencias de los recientes combates en la región de Darfur con muchos más desplazamientos y dificultades para acceder a alimentos, refugio, agua potable u otros elementos básicos.
Lamentablemente, al menos cuatro niños siguen muriendo cada semana en el estado del Nilo Blanco, debido a la falta de medicamentos, personal y suministros esenciales, dijo Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres.