La Habana (Prensa Latina) Cada año, el final de la cuaresma budista -que por el calendario lunar cayó este año el 29 de octubre- atrae a cientos de miles de visitantes que se concentran a la orilla del río Mekong.
Por Nicholas Valdés
De la redacción de Asia y Oceanía de Prensa Latina
Ya sea desde la ribera de Tailandia o la de Laos, en la decimoquinta noche del penúltimo del año lunar, las personas se congregan con la esperanza de ver bolas anaranjadas de fuego del tamaño de un huevo que ascienden misteriosamente desde la superficie del río: las renombradas «bolas de fuego Naga».
Pero el evento no termina ahí, también es tradición que al día siguiente, la población local y la gente con mentalidad científica intercambien opiniones en las redes sociales o los medios de comunicación sobre el origen del fenómeno.
Los enfrentamientos entre creyentes y no creyentes en las provincias de Nong Khai y Bueng Kan, en Tailandia, por las inexplicables bolas de fuego se han prolongado durante décadas.
Pero lo que es indiscutible es el hecho de que el evento se ha convertido en una fiesta anual popular que capta cada año a más de 200 mil turistas de todo el mundo a las dos provincias del noreste tailandés.
CIENCIA O SUPERSTICIÓN
Las controversias han llevado a varias personas a refutar el poder sobrenatural que se afirma está relacionado con el fenómeno. Ya incluso se hizo una película sobre el evento y no pocos estudiantes universitarios han realizado su tesis de graduación al respecto.
En 2002, se proyectó una película titulada «Decimoquinta noche del onceno mes». El guion del filme – dirigido por Jira Malikul- retrata a un grupo de monjes budistas en el lado de Laos cuando se sumergen en el Mekong para plantar fuegos artificiales y crear así bolas de fuego que
de alguna manera estaban programadas para encenderse en la noche del final de la cuaresma budista.
El largometraje logró exhibirse, pero no sin antes enfrentar fuertes protestas de los ciudadanos de la provincia de Nong Khai, que intentaron impedir su estreno.
El alguna vez popular canal de televisión iTV intentó argumentar que las bolas de fuego fueron creadas por humanos y no por misteriosos seres Naga con forma de serpiente, como cree la población local; o por la atracción gravitacional de la luna que extrae gas metano del lecho del río, como postulan algunos científicos.
Por supuesto, el programa televisivo de investigación encontró mucha reprobación en la localidad y el rechazo de los creyentes y como consecuencia, la popularidad del canal cayó en picada y aún no se recupera.
Este año, la profesora de la Facultad de Ciencias de la Universidad tailandesa de Chulalongkorn, Jessada Denduangboripant, aceptó el desafío de un empresario de la provincia de Bueng Kan de ir allí el año próximo para demostrar que el fenómeno no es natural, sino creado por el hombre.
Jessada insiste en que las bolas de fuego son balas disparadas desde el lado del río correspondiente a Laos para engañar a los creyentes tailandeses.
TEORÍAS
Las bolas de fuego Naga solían ser llamadas «bolas de fuego fantasma» por la población local e inicialmente fueron vistas solo en Nong Khai, hasta que el distrito de Bueng Kan se convirtió en provincia en el año 2011.
Hay tres teorías principales utilizadas para explicar el fenómeno. En la primera, los budistas y la población local creen en el rey de los Naga, cuyo palacio está bajo el río Mekong, exhala fuego como ofrenda a Buda.
Según la leyenda, Buda regresó a la Tierra al final de la cuaresma budista después de pronunciar un sermón a su madre en el cielo. Se dice que el rey Naga escupió las bolas de fuego para darle la bienvenida al señor Buda.
Los científicos afirman creen que las bolas de fuego, que flotan hacia la superficie del río, las causan gases metano y nitrógeno acumulados debajo de las capas del lecho rocoso del río.
Esos gases emergen por la atracción de la gravedad de la luna y de alguna manera al combinarse se encienden e iluminan.
Quienes creen en la tercera teoría (que el hombre está detrás del fenómeno) argumentan que las bolas de fuego no surgieron de la superficie del río. Más bien son fuegos artificiales o balas disparadas desde la ribera de Laos.
TURISMO CRECIENTE
Dejando de lado las disputas sobre el verdadero origen de las bolas de fuego, el festival anual atrae a muchos turistas tailandeses y extranjeros a las dos provincias del noreste.
El entusiasmo por el acontecimiento aumentó este año con la participación del primer ministro tailandés, Srettha Thavisin, quien fue a presenciar el fenómeno desde el distrito Phon Phisai de Nong Khai.
La oficina de turismo de Nong Khai estimó que más de 200 mil turistas llegaron a la provincia el 29 de octubre. Tanto las agencias de Nong Khai como las de Bueng Kan informaron que todos los alojamientos cerca de los lugares de avistamiento del evento estaban reservados para esa noche. El 30 de octubre, el primer ministro Srettha expresó su alegría por el hecho de que el evento fuera tan atractivo para la región noreste del país y declaró que su gobierno está impulsando el poder blando de las creencias y tradiciones locales, por lo que el festival de bolas de fuego Naga podría incluirse.
Ya sea por la mano del hombre, por obra de la naturaleza o divertimento de los dioses, lo cierto es que cada año un rincón de la frontera entre Tailandia y Laos se convierte – al menos durante un día- en espacio de confluencia.
En medio de tantas diferencias y conflictos, seres humanos de varias partes del planeta llegan al Mekong para compartir y apreciar. Ya habrá tiempo para debatir su causa, por lo pronto, apreciemos las bellezas aun indescifrables de este mundo.