Washington, 14 nov (Prensa Latina) La deforestación del continente marítimo, la región entre los océanos Índico y Pacífico, fortalece la dinámica subtropical de El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), haciéndolo más complejo y menos predecible, según un estudio divulgado hoy.
Los archipiélagos de Indonesia, Borneo, Nueva Guinea, las Islas Filipinas, la Península Malaya y los mares circundantes forman parte de dicha región del sudeste asiático, apuntó el trabajo publicado en la revista Geophysical Research Letters.
ENOS es un fenómeno climático importante en la Tierra debido a su capacidad para cambiar la circulación atmosférica global, lo que a su vez influye en la temperatura y las precipitaciones en todo el mundo.
La tala de árboles es un cambio común en el uso de la tierra, especialmente en regiones tropicales, sin embargo, la deforestación reduce la evapotranspiración y altera el albedo de la superficie, que mide cuánta luz solar refleja la Tierra.
A medida que el albedo de la superficie calienta el ambiente, esto impacta aún más las interacciones tierra-atmósfera-océano para modificar el clima local.
Estos efectos locales tienen la capacidad de afectar las interacciones tierra-atmósfera, como la brisa tierra-mar.
Ting-Hui Lee, de la Universidad de California, dirigió el estudio, que utilizó el modelo comunitario del sistema terrestre para simular una hipotética deforestación futura durante 100 años, convirtiendo árboles nativos de hoja perenne y caducifolios en pastos de estación cálida.
La probabilidad de que ocurran eventos de El Niño del tipo del Pacífico Central aumentó un 11,7 por ciento como resultado de la deforestación en comparación con los niveles de fondo en los modelos, mientras los casos de La Niña se exacerbaron un 14,6 por ciento en las mismas simulaciones.
Si la deforestación continúa, es probable que en las próximas décadas se produzcan más episodios plurianuales de La Niña.
Las investigaciones sugieren un aumento del 13,8 por ciento en los eventos de La Niña, mientras las ocurrencias plurianuales de El Niño pueden incrementarse del 40,2 al 44,7 por ciento después de la deforestación.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estimó que entre 1990 y 2020 se perdieron 420 millones de hectáreas (ha) de bosque y aunque la tasa de deforestación disminuyó, todavía era de 10 millones de hectáreas por año en 2015-2020.
Los árboles y los bosques son medios importantes para combatir el cambio climático, pues contienen 662 mil millones de toneladas de carbono, lo cual representa más de la mitad del almacenamiento mundial de carbono en los suelos y la vegetación.
A pesar de una reducción continua de la superficie, los bosques absorbieron más carbono del que emitieron en 2011-2020 debido a la reforestación, la mejora de la gestión forestal y otros factores, según los informes de la FAO.