Lima, 24 dic (Prensa Latina) La disidente exministra peruana de Cultura Patricia Correa afirmó en declaraciones difundidas hoy que la presidenta Dina Boluarte avaló las muertes de civiles en la represión contra las protestas en su contra de hace un año.
Correa y el entonces titular de Cultura, Jair Pérez, renunciaron por no estar de acuerdo con la represión militar y policial y la primera declaró al semanario «Hildebrandt en sus Trece» que Boluarte , tras negar a ambos tener conocimiento de que los 10 caídos eran civiles, avaló la mano dura contra las protestas.
La exministra dijo que junto a Correa hablaron el 15 de diciembre con la mandataria y le mostraron testimonios difundidos por Internet y videos que confirmaban las denuncias de excesos represivos, ante lo cual Boluarte respondió que no tenía esa información.
Según el testimonio, la jefa de Estado respondió que tenía informes según los cuales «la poblacioÌün habiÌüa emboscado a la policiÌüa y por eso habiÌüan ingresado los militares», pero no hizo ninguna llamada ni verificación sobre lo dicho por los dos ministros ni dio la orden de alto al fuego.
La entrevistada recordó que también «nos dijo que al día siguiente tomaría acciones, que iba a hacer cambios y tomar decisiones», lo que no cumplió.
Relató además que volvió a conversar con la mandataria, le manifestó su disposición a renunciar si la represión continuaba y le pidió explicaciones sobre lo que estaba ocurriendo.
«Le dije que en ese momento debiÌüa convocar de manera urgente un Consejo de Ministros, pedir perdoÌün en un mensaje a la nacioÌün y exigir la renuncia del primer ministro y de los ministros del Interior y de Defensa (el actual primer ministro, Alberto Otárola)», como responsables poliÌüticos de las muertes, afirmó.
Correa también dijo que ella y Pérez pidieron a Boluarte que, por respeto al pueblo de Ayacucho se abstuviera de asistir al día siguiente a la graduación de los nuevos oficiales del Ejército, pero sí lo hizo y en su discurso dio apoyo incondicional a las operaciones militares.
Agregó que, ante el incumplimiento, junto a su colega de Cultura volvió a visitar a Boluarte, y «nos dijo que el país requería de un gobierno fuerte, firme, de mano dura, a lo que le respondí que habían muerto civiles a manos de militares y que lo único que hacía fuerte a un gobierno era la democracia sin violencia».
Tras ese último diálogo, Correa y Pérez renunciaron a sus cargos argumentando su rechazo a la represión.
La versión contrasta con la de Boluarte, quien en aquellos luctuosos días afirmó que había dispuesto que las tropas dejen de usar almas letales.