Washington, 2 ene (Prensa Latina) Unos 34.5 millones de latinos serán elegibles para votar el 5 de noviembre próximo, lo que convierte hoy a este grupo racial y étnico en el de más rápido crecimiento entre el electorado de Estados Unidos.
Los estrategas de los dos principales partidos, Demócrata y Republicano, comienzan a poner particular atención en esos votantes en estados que podrían decidir la contienda de 2024 como Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin: además de otras entidades importantes como Texas y Florida.
Una encuesta reciente indicó que el 45 por ciento de los votantes hispanos o latinos se asume como demócrata o tiene esa tendencia.
Pero hay dos aspectos a los que prestar atención en cuanto al voto latino y es a los “indecisos”, que podrían influir en los cómputos de la pelea electoral que se avecina.
Los llamados “indecisos” suman un 13 por ciento de ese grupo y como su nombre lo indica se moverían para donde más fuerte sople el viento.
También hay una cuestión interesante: el 33 por ciento de latinos entre 18 y 24 años cree que ninguno de los partidos enarbola sus intereses, porque “aparentemente no involucran, representan ni abordan de manera efectiva las necesidades de este grupo”.
En pocos meses serán las elecciones presidenciales en Estados Unidos, una jornada en la que igualmente se renovará gran parte del Congreso (Senado y Cámara de Representantes), a ello precede un periodo de primarias en la que los partidos eligen a sus candidatos, el cual inicia el 15 de enero y termina en junio.
El presidente Joe Biden -que anunció a inicios de 2023 su decisión de buscar un segundo mandato- y la vicepresidenta Kamala Harris arrancaron en agosto pasado su campaña electoral sin despertar demasiado entusiasmo.
Otros dos demócratas disputarán a Biden la nominación, una es Marianne Williamson, autora de autoayuda y exasesora espiritual de Oprah Winfrey, quien se postula por segunda vez tras su fallida campaña de 2020.
Williamson dijo en alguna ocasión que crearía un Departamento de Paz federal, respaldó las reparaciones por la esclavitud y calificó al trumpismo como un síntoma de una enfermedad en la psique estadounidense que no podía curarse con planes políticos.
El otro es Dean Phillips, elegido a la Cámara de Representantes en 2018, quien no tiene desacuerdos importantes con Biden en materia de políticas incluso apoyó su agenda en el Congreso, pero opina que por la edad del mandatario y sus bajos índices de aprobación el partido debería nominar a otra persona.
El Partido Demócrata (identificados por un burro y el color azul) tendrá que confirmar las candidaturas en la Convención Nacional de agosto.
Mientras, el Partido Republicano (elefante y el color rojo) organizará las elecciones primarias en cada estado, comenzando por New Hampshire, pero Iowa se adelanta el 15 de enero con su selección a través de la reunión del caucus.
Los aspirantes que todavía compiten por los elefantes lo lidera, pese a todo, el expresidente Donald Trump, seguido por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, la exembajadora ante la ONU Nikki Haley y el empresario Vivek Ramaswamy.
Para julio, los republicanos definirán a los candidatos presidencial y a la vicepresidencia y, de acuerdo a la tendencia, Trump es el favorito.
El Súper Martes, el 5 de marzo, será decisivo, principalmente para los rojo, ya que se celebrarán 12 elecciones primaras, incluidos estados clave, como California y Texas.
De las elecciones de noviembre saldrá el Presidente 47, quien dirigirá el destino de los Estados Unidos desde enero de 2025 hasta enero de 2029.