Washington, 1 feb (Prensa Latina) El camino hacia la paz y la seguridad no pasa hoy por la guerra, afirmó la demócrata Barbara Lee, miembro de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados, al advertir que debemos cambiar de rumbo.
Para Lee, «la guerra en Gaza ha creado una tormenta en Medio Oriente» desde el 7 de octubre. Al rechazar los «llamamientos de algunos en Washington» a la continuidad de la agresión de Israel en la franja costera, la representante por California insistió en que «el camino hacia la paz y la seguridad en toda la región depende del cese de las hostilidades en Gaza, la liberación de todos los rehenes y el regreso a la diplomacia».
«Insto a redoblar los esfuerzos para lograr una rápida reducción de las tensiones mediante un alto el fuego permanente y un compromiso regional sólido que incluya a las organizaciones humanitarias internacionales», expresó en su declaración.
El comunicado fue publicado en su página oficial tras la muerte de tres militares estadounidenses durante un ataque con drones el fin de semana a una base del Pentágono en el noreste de Jordania, y en el texto Lee se opuso a la idea de que el presidente Joe Biden busque represalias en respuesta, pues «debe acudir al Congreso».
La congresista envió además sus condolencias a los familiares de los soldados fallecidos. «Nadie merece la llamada que recibieron estas familias el pasado fin de semana», subrayó.
Lee siempre ha sido una voz disidente en cuanto a las guerras. En 2001, cuando los atentados terroristas contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono en Washington, el Congreso otorgó de manera rápida y casi por unanimidad al entonces presidente George W. Bush la autoridad para «usar toda la fuerza apropiada y necesaria».
El objetivo era castigar a «países, organizaciones y personas que ayudaron» en el peor atentado acontecido dentro del territorio estadounidense en su historia, que dejó casi tres mil muertos. Comenzaba lo que luego se conoció como la «Guerra contra el terrorismo».
Lee fue la única que votó en contra de sus colegas de ambos partidos en la Cámara Baja y de los senadores que aprobaron la llamada «Declaración conjunta de autorización para el uso de la fuerza militar», luz verde para la invasión en octubre de 2001 de Afganistán, país que, según Washington, cobijaba a los cabecillas de la organización terrorista Al Qaeda.
Sin embargo, el jefe del grupo, Osama Bin Laden, señalado como responsable de los atentados del 11 de septiembre de 2001, jamás apareció en suelo afgano hasta que una década más tarde (2011) fue ultimado a raíz de una operación especial de Estados Unidos en Pakistán en la era del presidente Barack Obama.
El 14 de septiembre de 2001, cuando la congresista argumentó su voto, dijo en el pleno de la Cámara Baja esta «convencida que una acción militar no va a evitar nuevos ataques terroristas contra Estados Unidos».