Antananarivo, 5 feb (Prensa Latina) Las tortugas gigantes regresaron a Madagascar 600 años después de su extinción gracias a un proyecto para devolver estos animales de 350 kilogramos a su hábitat natural, se divulgó hoy.
El primer grupo de tortugas gigantes de Aldabra (Aldabrachelys gigantea) fue traído de las Seychelles en 2018 y desde entonces se reprodujo por sí solo.
Grant Joseph, ​investigador del Instituto Fitz Patrick de Ornitología Africana, Departamento de Ciencias Biológicas, Universidad de Ciudad del Cabo, señaló que la reintroducción de esta tortuga ayudará a restaurar los bosques, pastizales y matorrales de la isla y podría ayudar a prevenir grandes incendios forestales.
La gigante de Aldabra es la segunda especie de tortuga terrestre más grande del mundo, después de la tortuga gigante de Galápagos (Chelonoidis nigra).
Puede vivir 100 años y tiene una historia fascinante pues evolucionó a partir de ancestros de Aldabrachelys abrupta, una de las dos tortugas gigantes que habitaron Madagascar durante 15 millones de años.
Hace cuatro millones de años, el linaje de Aldabrachelys abrupta emigró, probablemente a través de una combinación de deriva con vegetación flotante y ayudado por su flotabilidad natural y buenas habilidades para nadar, a las Seychelles.
De allí pasó a Aldabra (una isla a mil kilómetros al suroeste de las Seychelles), evolucionando hacia una tercera especie, el actual gigante de Aldabra (Aldabrachelys gigantea).
Hace seis siglos, los cazadores aniquilaron todas las tortugas gigantes de Madagascar.
Los gigantes de Aldabra desempeñaron un papel clave en el mantenimiento del equilibrio ecológico en un mosaico de hábitats ahora perdido.
Comían frutos de varios árboles y dispersaban las semillas en su estiércol, un proceso conocido como germinación dependiente de megafauna, que ayudó a fomentar el crecimiento de bosques, zonas boscosas, matorrales y pastizales irregulares.
El primer grupo de 12 tortugas gigantes, cinco machos y siete hembras fue liberado en 2018.
Dos bebés nacieron el año después y en los cinco años transcurridos desde entonces, otras 152 tortugas nacieron.
Las crías fueron llevadas a un vivero poco después de su nacimiento, y serán devueltas al medio silvestre una vez que su caparazón sea suficientemente grande como para protegerlos de los depredadores.
Son muy pequeñas, por lo que los gatos, perros y ratas salvajes son depredadores potenciales, al igual que las aves rapaces (aves de presa) y la fosa, el carnívoro endémico más grande de Madagascar.
A través de la cría natural, este proyecto pretende tener 500 tortugas gigantes en la Reserva Anjajavy para 2030 y unas dos mil para 2040.
Las tortugas limitan el fuego alimentándose de pasto y hojas secas en el suelo del bosque, dejando menos combustible seco disponible y los expertos creen que su reintroducción acelerará el crecimiento de las zonas arboladas.