Madrid, 27 feb (Prensa Latina) Transcurridos apenas siete meses de la conquista de la Copa Mundial de Fútbol, hoy la selección femenina de España eleva su ambición de ejercer su dominio a todos los niveles.
Olvidados los capítulos extradeportivos que enrarecieron el ambiente alrededor de la Roja, la escuadra que ahora dirige Montse Tomé, quien era la segunda de Jorge Vilda cuando alcanzó el cetro del orbe en Australia, parece más sólida que nunca.
Derrotó sin apelaciones 3-0 a Países Bajos la semana anterior y de esta forma obtuvo uno de los boletos clasificatorios para los Juegos Olímpicos de París el próximo verano.
«Estamos muy orgullosas de conseguir el pase a la cita de París. Para cualquier deportista asistir a unos Juegos Olímpicos es un tremendo honor y privilegio», comentó Ona Battle, lateral ofensiva del conjunto.
Más allá, el partido ante las neerlandesas permitió a las españolas acceder a la gran final de la Nations League, este miércoles contra Francia en el estadio La Cartuja de Sevilla.
Aunque el balance entre francesas y españolas favorece a las primeras, la condición de titulares del mundo, de local y el excelente momento del grupo, les da algunas ventajas a las ibéricas.
Jugadoras del rango de Aitana Bonmatí, mediocampista elegida Balón de Oro en 2023, Olga Carmona, Salma Paralluelo, Jenni Hermoso, Irene Paredes y Marionna Caldentey, entre otras, aseguran un futuro promisorio a España en el balompié para mujeres.
Sin embargo, deberá derribar la barrera de 13 reveses contra las galas en su historia, si bien el último duelo fue en 2019 cuando todavía las españolas no habían dado el salto de calidad actual.