Londres, 26 mar (Prensa Latina) Científicos de la Universidad de Reading, Reino Unido, aseguraron que una acción climática rápida permitiría que los devastadores períodos secos en el Mediterráneo sean menos frecuentes hacia finales de siglo, publicó hoy Geophysical Research Letters.
Según los investigadores, los modelos informáticos avanzados sugieren que las precipitaciones de verano en el sur de Europa podrían disminuir hasta un 48 por ciento para el año 2100, si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando rápidamente; pero, gran parte de esta baja proyectada podría evitarse alcanzando emisiones netas cero lo antes posible.
El estudio proporciona evidencia adicional para motivar una acción climática acelerada y prevenir una disminución drástica de las precipitaciones, más sequías e incendios forestales.
«El clima ya se ha calentado tanto que es inevitable una cierta disminución de las precipitaciones, pero nuestros hallazgos muestran que se podría evitar una mayor sequía estival proyectada para Europa», afirmó el doctor Andrea Dittus, autor principal de la pesquisa.
Añadió que detener el aumento de las temperaturas globales mediante la reducción de las emisiones de combustibles fósiles a cero significará que el Mediterráneo no seguirá volviéndose más seco.
«No tenemos tiempo que perder en la reducción de emisiones. Si no actuamos rápidamente, muchos países del Mediterráneo sufrirán una falta significativa de lluvia, con potenciales efectos colaterales importantes para el Reino Unido y otros lugares», subrayó Dittus.
Los expertos destacaron que la velocidad del calentamiento global es un factor crítico para prevenir sequías y períodos secos extremos: cuando las temperaturas aumentan rápidamente debido a emisiones no controladas, se provocan cambios más extremos en las precipitaciones.
Sin embargo, si el calentamiento se produce de manera más gradual debido a una fuerte acción climática, los impactos son menos severos, lo que significa que las medidas adoptadas por los países para reducir la contaminación en los próximos años podrían influir enormemente en los futuros veranos de Europa, subrayaron.