Washington, 26 mar (Prensa Latina) Investigadores de la Universidad de Pensilvania en Estados Unidos desarrollaron un cromosoma humano artificial con funcionalidad real como pasar de una generación a otra, acomodarse en células humanas y sumarse a los ya existentes, se conoció hoy.
Publicado en la revista Science, el estudio indica que la innovación fue posible dentro de células de levadura, un microbio muy versátil cuyo genoma ya se había reescrito casi al completo en investigaciones precedentes.
Sus creadores han explicado que los nuevos cromosomas artificiales permiten llevar a cabo una edición genómica a un nivel superior y realizar cambios puntuales en la secuencia genética.
«También se pueden usar virus como vectores de transporte, pero su capacidad es también limitada. Este nuevo sistema permitiría reescribir genes o incluso grupos de genes», puntualizaron.
Por otro lado, explican que el artificial posee unas 750 mil letras de ácido desoxirribonucleico (ADN); mientras que el menor de los cromosomas humanos, el 21, cuya triplicación produce síndrome de Down, tiene 46 millones.
Además, solo 182 mil letras del cromosoma artificial son de origen humano; el resto son de bacteria y son estas últimas secuencias las que aportan estabilidad e impiden aberraciones.
El autor principal del trabajo, Ben Black, aseveró que dicho sistema parece mucho más eficiente que los anteriores y en el futuro «no será difícil ir aumentando el tamaño de los cromosomas artificiales para incluir secuencias mayores, lo que abre muchas aplicaciones biotecnológicas».
Los expertos en el tema coinciden en que tener la posibilidad de reescribir cromosomas enteros o parte de ellos abre la puerta a crear microbios, animales y células humanas con nuevas propiedades.
Previo a este logro, en 1997, otro grupo de científicos estadounidenses introdujeron versiones reducidas de un cromosoma humano en células humanas; sin embargo, el avance biotecnológico fue detenido pues por razones inéditas, los pequeños cromosomas artificiales comenzaron a multiplicarse sin control hasta generar genomas completamente aberrantes y posiblemente cancerígenos.
En el descubrimiento hecho por los actuales especialistas de Pensilvania, también participan científicos del Instituto Craig Venter, otro estadounidense fundador de Celera Genomics, y conocido por iniciar el Proyecto Genoma Humano en 1999.
Sobre este hallazgo, George Church, investigador de la Universidad de Harvard, describió que al igual que en computación son necesarios ordenadores con cada vez más memoria, urge ampliar la capacidad de almacenamiento en ingeniería genética.
«Esta nueva técnica permite generar «cargas terapéuticas más grandes» y la creación de órganos para trasplantes con grandes secciones de su genoma previamente diseñadas», destacó.