Lima, 28 mar (Prensa Latina) El inicio del feriado de la semana santa católica abrió una frágil tregua para los problemas de la presidenta peruana, Dina Boluarte, tras revelarse que sus relojes de lujo no los compró, como afirmó al ser descubiertos.
El dueño de la única empresa que vende los costosos relojes Rolex, Héctor Banchero, de los que tiene al menos tres Boluarte, contradijo la afirmación de la mandataria, de que todo lo que tiene lo compró con el producto de su trabajo.
La televisora Willax tuvo acceso a la transcripción del interrogatorio al empresario Héctor Banchero, quien declaró que «La señora Dina Boluarte no ha comprado nada, y nunca ha sido cliente, no tiene registro en mi base de datos».
Agregó que, por lo costoso de los Rolex, está obligado a reportar a la Unidad de Inteligencia Financiera sus ventas y los respectivos compradores, por lo que lleva una minuciosa base de datos.
Ello significa que a la Fiscalía que investiga a Boluarte por presunto enriquecimiento ilícito le bastará con buscar a los compradores que habrían regalado las joyas a Boluarte, pero sobre necesita examinar los relojes y ver los números de serie, para que Banchero los identifique en su base de datos.
Pero la Fiscalía no ha podido acceder a los relojes, porque la presidenta no recibió, ni el 26 ni el 27 de marzo, al fiscal a cargo, Hernán Mendoza, pese a que había sido notificada que en esas fechas debía ser interrogada y entregar los relojes a los fiscales para su observación.
A raíz de e lo sucedido, el fiscal de la Nación, Juan Carlos Villena, emitió un comunicado en el que criticó el incumplimiento presidencial y puso en duda la solidez del argumento del pedido de postergación, una recargada agenda, y dijo que la mandataria había incurrido en rebeldía.
Villena instruyó además a Mendoza a proceder a las acciones necesarias para el cumplimiento de las diligencias, lo que puede llevar al allanamiento del despacho presidencial y la residencia familiar de Boluarte, según juristas y analistas políticos.
El cercano antecedente del una medida similar aplicada al antecesor de la presidenta, Pedro Castillo, evidenció que la inmunidad presidencial no abarca la casa ni el Palacio de Gobierno.
Entretanto el ex consejero presidencial Julio Schiappa declaró que, ante la crisis, a Boluate solo le queda negociar una salida con un gabinete ministerial políticamente amplio, renunciar para convocar nuevos comicios o ser vacada (destituida) por el Congreso, cuyo titular accedería a la presidencia del país con la obligación de convocar nuevos comicios.
En el parlamento hay dos mociones de vacancia de Boluarte en preparación, de dos bancadas minoritarias, y en la mayoría conservadora no hay señales de voluntad similar, aunque ayer una comisión congresal interrogó sobre la crisis de los Rolex al fiscal Hernán Mendoza y al contralor general Nelson Shack.