Lima, 1 abr (Prensa Latina) La presencia en público del alto mando militar junto a la presidenta peruana, Dina Boluarte, en crisis por una investigación por presunto enriquecimiento ilícito, generó hoy opiniones encontradas incluso entre miembros del Gobierno.
El ex comandante general de las Fuerzas Arnadas Jorge Moscoso discrepó con la calificación de «hecho político» de respaldo a Boluarte que utilizó el ministro de Defensa, Wálter Astudillo, tras aparecer los uniformados en el cambio de guardia de la escolta presidencial, en el frontis del Palacio de Gobierno.
Los uniformados presenciaron la ceremonia alineados junto a la mandataria y al primer ministro, Gustavo Adrianzén, quien sostuvo que la asistencia de los militares fue un hecho normal, sin mencionar el contenido político del mismo.
Moscoso recomendó a Astudillo tener más cuidado con lo que expresa y no cruce la línea entre lo institucional y protocolar y lo político y recordó que las Fuerzas Armadas, según la Constitución no son deliberantes.
Señaló que, por tanto, la presencia del jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general David Ojeda, y los titulares del Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina, en la ceremonia de ayer, «de ninguna manera significa un apoyo político como el ministro ha expresado».
El titular de Justicia, Eduardo Arana, sostuvo que todo lo que ocurre en el Palacio de Gobierno es político y agregó que es normal que los mandos castrenses saluden y acompañen a la gobernante.
El comentarista de televisión Nicolás Lúcar consideró vergonzosa la imagen de la presidenta con los jefes militares «como si fueran sus abogados».
«Han puesto a las Fuerzas Armadas en posición muy seria, como si respaldaran esta vergüenza nacional que estamos viviendo», agregó al señalar que los uniformados no debieron participar en el acto, teniendo en cuenta la situación.
Consideró inconstitucional que la mandataria «haga mal uso de las Fuerzas Armadas, como quien dice no te metas conmigo que yo tengo el poder militar», agregó Lúcar.
El exparlamentario centroderechista Richard Arce opinó por su parte que el acto de ayer no fue una demostración de fuerza sino de debilidad, al apelar Boluarte «a hacer alarde de que tiene el respaldo de las Fuerzas Armadas».
Según Arce, la mandataria, por su desgaste, se ha convertido en un «pato rengo» (gobernante sin viabilidad) y su situación es crítica, por lo que debe haber una salida ordenada a la crisis, pues la cuenta regresiva está en marcha para el fin del gobierno.
El congresista Roberto Sánchez, de la bancada congresal de Nuevo Perú-Cambio Democrático que presentó una segunda moción de vacancia presidencial, dijo que la permanencia de Boluarte en la Presidencia se hace inviable.
Añadió que la jefa de Estado debe renunciar o ser vacada y es necesario preparar una salida democrática que descarte, por su desprestigio, al presidente del Congreso, Alejandro Soto, quien sigue en la línea de sucesión constitucional, y debería ser un o una congresista sin sombra de corrupción ni investigaciones pendientes.