Madrid, 5 abr (Prensa Latina) Ausentes los clubes grandes y con mérito destacado de los finalistas, la Copa del Rey este sábado en Sevilla transmite un cúmulo de sensaciones del Athletic de Bilbao y el Mallorca.
Con el telón de fondo inevitable del escándalo de corrupción que envuelve a la federación nacional de fútbol y, principalmente a su exmandamás Luis Rubiales, para el equipo vasco y el mallorquín se abre una oportunidad de éxito en la temporada.
En Sevilla tendrá lugar en la noche del sábado la final de la Copa del Rey entre el favorito en el papel, el Athletic de Bilbao de Ernesto Valverde, y el candidato inesperado, Real Mallorca, dirigido por el mexicano Javier «Vasco» Aguirre.
El elenco bilbaíno fue el verdugo del Barcelona y del Atlético de Madrid, que había vencido al Real Madrid, en tanto el mallorquín se impuso en tanda de penales a la Real Sociedad.
De hecho, el conjunto de Valverde tiene una brillante trayectoria en estas lides, que ganó en 23 ocasiones el título y obtuvo el subcampeonato en 16, segundo con más trofeos después del Barcelona (31).
Sin embargo, su última conquista fue en 1984 y quiere acabar este año la extensa sequía de tronos. Cuenta con una plantilla muy destacada en LaLiga actual, quinto lugar a un punto del Atlético de Madrid.
Los hermanos Williams (Iñaki y Nico) y Gorka Guruzeta, son la columna vertebral de la línea de ataque, que se nutre también de Ohian Sancet y Alex Berenguer y una defensa de categoría con el arquero Unai Simón acompañado por Dani Vivian y Yuri Berchiche, entre otros.
Frente a las huestes de Valverde, la modestia es la filosofía que promueve el mexicano Aguirre para insuflar un espíritu triunfador a un conjunto que no entraba en los cálculos de la final de la Copa del Rey.
Con la fortaleza ofensiva del kosovar Vedar Muriqui y el canadiense Cyle Larin, es como se dice en España un equipo muy trabajado, con notable vocación defensiva y difícil de penetrar en zonas goleadoras.
Al buen portero serbio Predrag Rajkovic, se unen defensores como Copete, Mafeo y el eslovaco Valjent, y los centrocampistas Dardeer y el portugués Samu Costa.
El arma secreta de los mallorquines es su cerrojo en la protección de su portería, pero deberá aguantar un vendaval de un equipo como el Athletic de Bilbao, con mucha pólvora de sus delanteros.