Luego de que ayer la embajadora en Quito, Raquel Serur Smeke, fue declarada “persona non-grata” por el gobierno de Ecuador, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) consideró este viernes que se trata de una decisión “desproporcionada” e instruyó a la diplomática a regrese a territorio nacional con el fin de resguardar su seguridad e integridad.
La SRE agregó en un comunicado que luego de un análisis exhaustivo de la información recibida, el gobierno de México ha decidido otorgar asilo político al ex presidente ecuatoriano Jorge David Glas Espinel, quien se encuentra en la Embajada de México en Quito desde diciembre, lo cual será comunicado oficialmente a las autoridades ecuatorianas junto con la solicitud de que concedan el salvoconducto respectivo, de conformidad con la Convención de Asilo.
México exigió a Ecuador “respetar nuestra soberanía, a no lesionar el Derecho de Asilo y a cumplir con sus obligaciones internacionales, garantizar la inviolabilidad de las misiones diplomáticas y cesar la política de hostigamiento y amedrentamiento. De mantenerse esta situación, México responsabiliza a Ecuador de cualquier afectación a la sede diplomática, a su personal acreditado y a toda persona que se encuentre bajo la protección del Estado mexicano en ese país”.
Asimismo, el gobierno Mexicano expresó su rechazo al incremento de la presencia de fuerzas policiales ecuatorianas afuera de la Embajada de México en Quito, la cual, según declaraciones de autoridades del Ecuador, es una medida de rechazo e inconformidad por declaraciones de autoridades mexicanas.
“Esto constituye un claro hostigamiento a su Embajada y una flagrante violación a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas. Es evidente que estas acciones no corresponden a las prácticas habituales de vigilancia y protección de los inmuebles diplomáticos, basadas en las normas que regulan la buena convivencia entre las naciones”.
La SRE informó que la Embajada de México en Ecuador quedará a cargo del ministro Roberto Canseco, actual jefe de Cancillería de la misión, y continuará operando con normalidad tras este movimiento para atender las necesidades de la comunidad mexicana que radica en ese país.
“México lamenta esta decisión diplomática que considera desproporcionada”, señaló la Cancillería en un comunicado en el que defendió la actuación de la embajadora Serur.