Ciudad de México, 18 abr (Prensa Latina) La Secretaría de Relaciones Exteriores seguramente establecerá comunicación con las cancillerías de Brasil, Bolivia y otros países para cuidar la salud del exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, afirmó hoy el mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador.
Durante su habitual conferencia de prensa desde el Palacio Nacional, el gobernante dijo que el propósito de tales contactos sería resolver la protección y el derecho de asilo de Glas, quien fue sacado por la fuerza de la embajada de México en Ecuador el pasado 5 de abril.
Tras el allanamiento a la sede diplomática, a raíz del cual México rompió relaciones diplomáticas con Ecuador, países y organizaciones de todo el mundo han expresado su rechazo al hecho, considerado una flagrante violación de los principios del derecho internacional.
López Obrador hizo referencia este jueves a la reciente cumbre extraordinaria de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en la que el jefe de Estado de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, retomó una propuesta de Bolivia para cuidar la salud del exvicemandatario.
Allí se planteó el regreso al estado anterior a la toma de nuestra embajada, es decir, que se le retorne a nuestra misión o se le dé el salvoconducto para venir a México, refirió el gobernante al precisar que su país no se opone a esto, pero que no es su única demanda.
El jueves pasado, México interpuso una denuncia contra Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia por el asalto a la sede diplomática, entre cuyos reclamos sobresale la suspensión de la nación andina como integrante de la ONU en tanto no se emita una disculpa pública.
«Nosotros lo que queremos es que resuelva la Corte, porque hubo una violación flagrante a nuestra soberanía y al derecho internacional», aseveró el presidente al detallar que se trata de dos cuestiones: el derecho de asilo -en este caso, para el exvicepresidente-, y el acto de desagravio por la invasión a la embajada.
También buscamos que La Haya se pronuncie para que si se repite este bochornoso hecho, esta violación flagrante a la soberanía de un país, que intervenga el pleno de la ONU, y si la decisión del Tribunal es la expulsión definitiva de un miembro, que se vote en la Asamblea General y que no pueda ejercerse el veto, explicó.
El jefe de Estado reiteró que «esto no es de ninguna manera en contra de los hermanos ecuatorianos», sino un asunto de una «irresponsabilidad, por decir lo menos, del gobierno» de ese territorio.