La Habana, 21 may (Prensa Latina) La ceremonia del té se convirtió en muchos países en todo un ritual y más allá de la sencilla acción de beberlo hoy esa infusión celebra una jornada especial.
El Día Internacional del Té se estableció el 21 de mayo de 2020, fecha conmemorada anualmente e instituida por la Asamblea General de la ONU (AGNU) un año antes como respuesta a la crisis de 1998 en dicha industria.
Posteriormente la AGNU reconoció la importancia global de esta planta motivada por la solicitud del Grupo intergubernamental sobre el té, perteneciente a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Aquella crítica situación de finales de la década del 90 estuvo marcada por el cierre de numerosos jardines de té y una caída continua de su precio en el mercado mundial.
Sin embargo, nada impidió que en muchos países europeos y, sobre todo, orientales y del Oriente Medio, se continuara este protocolo cultural como los casos de Reino Unido, Rusia, India, China o Japón.
Este último es muy solemne en su celebración y el rito llega, incluso, hasta las pantallas de la televisión en la que enseñan cómo se realiza a través de diversos programas.
Se trata de una de las ceremonias de la infusión más especiales del mundo, en la cual destaca el ritual Cha no yu que consiste en preparar el té verde en polvo o té matcha.
El festejo dura alrededor de tres horas en su versión más tradicional y comienza con el saludo de bienvenida del teishu o maestro del té, quien prepara el ritual del Matcha en el cuarto destinado para este fin (chasitsu).
Luego se mezcla con agua a una temperatura de 90 grados en un gran cuenco y batiéndolo con un instrumento de bambú denominado chasen. Primero se ofrecen unos dulces a los invitados y después degustan el té, que debe tomarse en tres sorbos.
Todo en completo silencio para más tarde repetir la operación con un té más suave, limpiar los utensilios y quedar a solas para meditar.
La ceremonia del té en China se denomina Gongfu Cha y para celebrarla se usan teteras de barro o un recipiente de porcelana (gaiwan) y la operación de calentar el agua, colocar las hojas y servirlo constituye todo un arte.
Ya concluida se sirve en cuencos de pequeño tamaño, se ofrece a los invitados de más edad, quienes son los primeros en probarlo y también durante esta ceremonia se bebe en tres tragos.
En la India el té más popular es el negro y se considera la bebida más tradicional del país.
Mezclar el té con diversas especias es típico, como los casos del cardamomo, canela, clavo, pimienta negra y clavo, y pueden adquirirse en puestos callejeros denominados chai wallahs.
Lo más habitual en la India es consumirlo a las 16:00 hora local con algo de comida y acompañado de pasteles típicos.
Otro de los países que tiene entre sus más arraigadas tradiciones esta ceremonia es Reino Unido, y quizás sea la más popular y conocida de Europa.
Fue a mediados del siglo XIX cuando la duquesa de Bedford tuvo la idea de tomarse un té acompañado de unos sándwiches para mitigar la sensación de hambre entre las horas de la comida y la cena.
Aquella idea tuvo tanta acogida que acabó convirtiéndose en toda una costumbre: el afternoon tea.
El té en Rusia comenzó a consumirse en el siglo XVII. La bebida se popularizó de tal forma que el zar contrató el primer suministro desde China, introducido en el país en unas cajitas semejantes a joyeros.
Marruecos es otra de las naciones que sigue este ritual con festividad similar a las anteriores, diferenciándose en el tipo de vasija a utilizar según el territorio.
Las infusiones relajan y acompañan durante charlas, aunque a través de su sabor también invitan a viajar a lugares diversos del mundo, pero el té es la más emblemática entre todas y con justicia se le asignó una fecha para celebrar su Día Internacional.