Naciones Unidas, 22 may (Prensa Latina) Más de 33 mil civiles murieron en conflictos armados en 2023 aunque la cifra podría ser probablemente más alta, de acuerdo con estadísticas divulgadas hoy por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El más reciente informe del organismo para documentar las víctimas civiles en conflictos considera que el daño y el sufrimiento causado en 2023 «señala una alarmante falta de cumplimiento del derecho internacional humanitario y del derecho internacional de los derechos humanos».
Para la coordinadora adjunta de ayuda de la ONU, Joyce Msuya, la realidad que enfrentan las poblaciones atrapadas en guerras confirma además que las resoluciones del Consejo de Seguridad al respecto en los últimos 25 años siguen siendo en gran medida ignoradas.
En el debate de dos días celebrados a lo interno del principal órgano para la paz del planeta, los expertos y representantes de estados miembros consideraron alarmantes los casos de Sudán, Gaza, la República Democrática del Congo, Mali o Nigeria.
La asesora especial del secretario general para la Prevención del Genocidio, Alice Wairimu Nderitu, advirtió en particular sobre Sudán, donde resultan claras «las señales de riesgo de genocidio, con fuertes acusaciones de que ya se ha cometido un crimen».
«Los civiles están lejos de estar protegidos. Las poblaciones civiles son atacadas por motivos de identidad. En Darfur y El Fasher, los civiles han sido atacados y asesinados por el color de su piel, por su origen étnico, por quiénes son», agregó.
En tanto, alrededor del 75 por ciento de la población de la Franja de Gaza fue obligada a desplazarse por la fuerza mientras se avecina una hambruna provocada por el hombre.
«Miles de niños han resultado muertos y heridos en lo que los colegas de Unicef (Fondo de Naciones Unidas para la Infancia) han llamado una guerra contra los niños», dijo al respecto Msuya.
La cifra de muertos registrada por la ONU en 2023 representa un terrible aumento del 72 por ciento en comparación con el año anterior.
La sesión del Consejo de Seguridad, celebrada entre el 21 y 22 de mayo, coincidió con el 25 aniversario de la resolución del órgano que insta a diseñar estrategias para reforzar esas garantías.
Desde mediados de la década pasada, las fuerzas de paz de la ONU desplegadas en conflictos internos advirtieron un alarmante incremento de los ataques con poblaciones inocentes como blanco.
Como resultado, el Consejo incluyó la protección de los civiles en su agenda y desarrolló una arquitectura de resoluciones que fortalecieron el papel de protección de las fuerzas de paz.
El órgano busca de esta forma aclarar los mandatos y las reglas de enfrentamiento para garantizar que las fuerzas de paz tengan la autoridad para actuar.
Actualmente, más del 95 por ciento de los denominados cascos azules desplegados tienen el mandato de proteger a los civiles.