Madrid, 24 may (Prensa Latina) Lo echaremos de menos, dicen con sorna los hinchas del Real Madrid en redes sociales, y de algún modo se le extrañará: el Barcelona pasó factura hoy a Xavi Hernández.
En el Estadio Santiago Bernabéu de los merengues se instaló desde hace meses el grito de «Xavi quédate», una gran ironía ante los malos resultados del Barça frente al conjunto capitalino.
Todos los medios dan por hecho de que hay ya un preacuerdo con el preparador Hansi Flick, otrora DT del Bayern de Munich y de la selección de Alemania para comandar a los azulgranas en la próxima contienda.
Xavi se iba al final de temporada, dijo en enero pasado, luego hace 29 días cambió de opinión ante un amor renacido con el presidente del club, Joan Laporta.
Empero, el muy exitoso jugador en el pasado, no salió airoso de su primera experiencia grande como técnico en ligas de rango y si bien ganó el torneo nacional el pasado año, siempre estuvo al filo del alambre.
Célebre por justificar sus derrotas o empates por la altura del césped, jugar de día, el «acostumbrarse a ser triunfador», los estadios de poco nivel o la intensidad del sol, tampoco fue un desastre y al final acabó segundo otra vez detrás del Real Madrid en el actual curso.
Las críticas ahora, bastante duras, apuntan a Laporta, por la forma en que despidió a uno de los mejores centrocampistas de la historia, no sólo del Barcelona, sino de España, con la que alcanzó el Mundial de Sudáfrica 2010.
Quique Sánchez Flores, entrenador del Sevilla, equipo al que enfrentará el Barcelona el domingo en el cierre de LaLiga, expresó su solidaridad con Xavi y declaró: «que mal tratan en el Barça a sus glorias».
Se refería así, también, al neerlandés Ronald Koeman, cesado de forma tajante por Laporta y sustituido por Xavi.
Lo peor para el exvolante de los culés es que deberá dirigir al plantel el domingo ante el Sevilla y por norma, tendría que hablar con los medios en dos ocasiones, antes del partido y después.
Para muchos, hay culpas de las dos partes, de Xavi por justificar siempre sus reveses y no asumir la autocrítica y de Laporta, por transmitir sentimientos encontrados, de sí, pero no.
Pudo ser un arranque del mandamás de los catalanes, cuando el pasado 15 de mayo antes del encuentro ante el Almería, Xavi aseguró que la situación económica en la entidad era complicada’ como para ‘competir con los mejores’, y de hecho, mencionó al enconado rival de siempre, Real Madrid, tal vez un pecado capital para el Barça.