Ciudad de México, 9 jun (Prensa Latina) México experimenta hoy una mayor presencia de migrantes en los campamentos callejeros como consecuencia de la orden ejecutiva firmada esta semana en Estados Unidos y que restringue las peticiones de asilo en las fronteras.
Según el diario La Jornada, lugares como la céntrica plaza Giordano Bruno de esta capital quedaron desbordados por la gran cantidad de personas llegadas de países como Venezuela y Haití, e impedidas de continuar adelante con la aspiración de cruzar al país norteño.
La situación conllevó a las autoridades locales a desocupar el sitio y persuadir a los ocupantes de trasladarse a Toluca y Cuernavaca para tramitar sus solicitudes de tarjetas de visitantes por razones humanitarias.
Incluso, auguran una crisis mayor a medida que entren a México las caravanas de caminantes que transitan por Centroamérica.
El martes pasado el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó la orden ejecutiva que limita las solicitudes de asilo a los migrantes en la frontera con México y así endureció más el proceso de ingreso a su país.
La herramienta tiene efecto inmediato, contempla la suspensión temporal de las peticiones cuando en un día sean más de dos mil 500 en los puntos no oficiales de entrada y solo se reanudará el servicio cuando descienda a mil 500 el número diario de solicitantes.
Estipula una negativa de asilo para quienes pasen la frontera de manera ilegal o sin autorización, excepto a casos considerados muy convincentes.
Además, se ampara en las secciones 212(f) y 215(a) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, que permiten suspender la entrada de no ciudadanos que entran ilegalmente a Estados Unidos.
Recientemente, fuentes anónimas dijeron a la agencia de noticias AP que con esa orden la Casa Blanca busca neutralizar un posible incremento de los cruces a finales de este año y a medida que se aproximan las elecciones de noviembre.
La implementación de la iniciativa seguirá un proceso similar al de las deportaciones y a quienes se les niegue el asilo, no podrán reintentarlo con facilidad.
La administración Biden -indicaron- también sopesa algunas de las políticas concebidas dentro de un acuerdo bipartidista que está estancado en el Senado y se plantea acelerar los trámites de los más de dos millones de extranjeros que están en el limbo, mientras aguardan porque se les otorgue el asilo.
A juicio de analistas, esta acción no resolverá la creciente presión en la frontera sur de Estados Unidos, porque el sistema migratorio necesita reformas integrales.
Incluso, subrayan el acento político de la decisión de Biden, pues así intenta demostrar que el gobierno demócrata actúa ante la crisis migratoria, mientras los republicanos solo bloquean cualquier plan para manejarla.
Pero su medida se topó con el rechazo de la Organización de Naciones Unidas y otras agrupaciones humanitarias del mundo, que urgen respetar el derecho de asilo.