Naciones Unidas, 12 jun (Prensa Latina) El subsecretario de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, reclamó hoy más acción del G7 para prevenir la hambruna provocada por el hombre, mientras se expanden los conflictos.
Aunque las guerras alimentan el hambre en demasiados rincones del mundo, desde Malí hasta Myanmar, en ningún lugar la elección entre la inacción y el olvido es tan clara como en Gaza y Sudán, advirtió el alto representante en un comunicado.
Griffiths recordó que la mitad de la población de Gaza -más de un millón de personas- podría enfrentar la muerte y el hambre a mediados de julio como consecuencia de la ofensiva israelí.
En tanto, en Sudán, al menos cinco millones de personas también están al borde de la hambruna, incluso en zonas devastadas por la guerra de Aj Jazirah, Darfur, Jartum y Kordofán.
Pocas horas antes del inicio de la Cumbre del G7, el subsecretario para Asuntos Humanitarios pidió a sus miembros aportar influencia y financiamiento para que las organizaciones de ayuda puedan llegar a todas las personas necesitadas.
La espera de una declaración oficial de hambruna antes de actuar sería una sentencia de muerte para cientos de miles de personas y un ultraje moral, agregó.
«Los países del G7 deben aprovechar de inmediato su importante influencia política y sus recursos financieros para que las organizaciones de ayuda puedan llegar a todas las personas necesitadas», dijo además.
Debemos trasladar grandes cantidades de asistencia humanitaria a través de fronteras y líneas de batalla hoy, y movilizar una financiación considerable para mantener la respuesta mañana, acotó.
De acuerdo con el vice titular, resulta imperativo dejar de alimentar las máquinas de guerra que están matando de hambre a los civiles de Gaza y Sudán.
«En cambio, es hora de priorizar la diplomacia que devolverá a las personas su futuro, y mañana el G7 estará al mando», insistió.
La Cumbre del G7 es organizada este año por la Presidencia italiana del bloque que agrupa a Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos.
El evento se celebrará en Borgo Egnazia con una agenda cargada de conflictos, que incluye espacios para las guerras en Gaza y Sudán; las relaciones con los países en desarrollo y las economías emergentes; así como la inteligencia artificial y la migración.