Washington, 18 jun (Prensa Latina) Es difícil imaginar un mundo sin Noam Chomsky, quien durante más de 60 años fue el intelectual de izquierda más visible y prolífico del planeta, afirmó hoy un artículo publicado en la prensa de Estados Unidos.
La revista trimestral de izquierda con sede en Nueva York, Jacobin, dedicó un amplio texto al escritor, filósofo, politólogo y activista estadounidense, fallecido este martes a los 95 años en Brasil, donde se encontraba hospitalizado.
Calificado como un intelectual talla extra y gigante moral, Chomsky sufrió un accidente cerebrovascular hace un año y estaba convaleciente en una institución asistencial en São Paulo.
Apenas hay un rincón del mundo donde sus escritos y su incansable lucha por la justicia no hayan tocado la vida de las personas, subrayó el texto.
Más que cualquier otro pensador de la posguerra, Chomsky encarnó la máxima favorita de Karl Marx: «nada humano me es ajeno», subrayó.
«Noam no se limitó a señalar la injusticia donde la veía, por remota que fuera: la sentía. Los vietnamitas, los palestinos, los timorenses orientales, los kurdos: todos vieron a Noam adoptar su lucha como propia», añadió.
No sólo tenía opiniones fundamentadas sobre una desconcertante variedad de temas y regiones geográficas -enfatizó-: tenía verdadera experiencia.
Esto es lo que lo convirtió en una figura tan imponente: era un grupo de expertos de un solo hombre, que hacía el trabajo de docenas, produciendo comentarios y análisis a un ritmo que ningún otro pensador contemporáneo ha sido capaz de igualar, apuntó Jacobin.
Para Jacobin, Chomsky tenía una teoría estructural clara del capitalismo y el Estado, pero a diferencia de la mayoría de los académicos, no la vistió con una prosa indescifrable ni la enterró bajo cien calificaciones.
Avram Noam Chomsky, su nombre completo, nació en la ciudad de Filadelfia, Pensilvania, el 7 de diciembre de 1928.
Profesor emérito de lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), es una de las figuras más destacadas de la lingüística del siglo xx, gracias a sus trabajos en teoría lingüística y ciencia cognitiva.
También es reconocido por su activismo político, caracterizado por una fuerte crítica del capitalismo contemporáneo y de la política exterior de los Estados Unidos.
El diario The New York Times lo catalogó como «el más importante de los intelectuales contemporáneos».