Washington, 18 jun (Prensa Latina) El béisbol profesional de Estados Unidos está de luto, murió hoy a los 93 años Willie Mays, cuyo prodigioso poder, velocidad deslumbrante y defensa asombrosa cautivaron aquí a los fanáticos de ese deporte de costa a costa.
«Con gran tristeza anunciamos que Willie Mays, leyenda de los Gigantes de San Francisco y miembro del Salón de la Fama, falleció pacíficamente esta tarde a la edad de 93 años», dijo el equipo en un comunicado.
Apodado el «Say Hey Kid» por su entusiasmo ilimitado y su inclinación por saludar a todos, Mays jugó durante 22 temporadas en las Grandes Ligas.
Llegó a los New York Giants en 1951 y luego se convirtió en un fijo en San Francisco, cuando la franquicia se mudó al oeste. Su carrera terminó en 1973 en Nueva York con los Mets. Para los críticos, el icónico pelotero era el talento consumado de las «cinco herramientas» del deporte porque podía batear para lograr un alto promedio, disparar jonrones, correr las bases, atrapar la pelota y lanzarla con maestría.
Mays logró un promedio de bateo de .301 en su carrera, conectó 660 jonrones, tres mil 293 hits, llegó a las mil 909 carreras impulsadas y anotó dos mil 68 carreras.
Quienes conocieron su poder dicen que inspiró a generaciones de jugadores, mientras recuerdan la atrapada de espaldas durante la Serie Mundial de 1954 que condujo a los Giants de Nueva York a la conquista del título.
Cuentan que cuando la pelota finalmente estuvo en el guante de Say Hey Kid, el locutor Jack Brickhouse lo llamó una «ilusión óptica», pero en realidad habían presenciado la que se considera posiblemente la mejor jugada defensiva en la historia del béisbol, por las circunstancias y el grado de dificultad. A la hazaña se lo conoce simplemente como The Catch.
El estelar Mays ingresó al Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown en 1979, luego de una trayectoria en la que coleccionó dos premios de MVP, 24 llamados al Juego de Estrellas y 12 Guantes de Oro por su excelencia defensiva, refieren los reportes.
Fue merecedor en 2015 de la Medalla Presidencial de la Libertad que le colgó el entonces presidente Barack Obama, porque Mays, y de acuerdo con las reseñas, no solo fue extraordinario como deportista, resultó un símbolo social para las minorías en Estados Unidos.