Podrían techos fríos o de color blanco ayudar a enfriar las ciudades

Londres, 5 jul (Prensa Latina) Los techos fríos, pintados en blanco o cubiertos con una capa reflectante podrían reducir temperaturas exteriores en una ciudad como Londres un promedio de 1,2 grados Celsius, indicó un estudio científico divulgado hoy.


Según una investigación publicada en Geophysical Research Letters, otros sistemas, como la vegetación extensa a nivel de la calle o los paneles solares, proporcionan un efecto de enfriamiento neto menor, de sólo unos 0,3 grados de media en dicha ciudad europea, aunque ofrecen otros beneficios ambientales.


El estudio, a cargo del University College London, precisa que, al reflejar el calor en lugar de absorberlo, los techos fríos tienen el doble beneficio de enfriar no solo el ambiente urbano exterior, sino también el interior de los edificios.


Para llegar a esas conclusiones, los expertos estudiaron múltiples modelos climáticos para probar los efectos térmicos de diferentes sistemas pasivos y activos de gestión del calor urbano como: «techos fríos» pintados, verdes, los paneles solares en los tejados, la vegetación arbórea a nivel del suelo y el aire acondicionado durante los dos días más calurosos del verano de 2018.


Asimismo, crearon modelos como si cada uno de esos métodos hubiera sido adoptado tan ampliamente y teóricamente posible en edificios de viviendas, comerciales e industriales en todo Londres.


«Descubrimos que los techos fríos eran la mejor manera de mantener bajas las temperaturas durante los días de verano extremadamente calurosos», puntualizó Oscar Brousse, del Bartlett School of Environment, Energy & Resources, autor principal del estudio.


Recalcó que «otros métodos tenían varios beneficios secundarios importantes, pero ninguno pudo reducir el calor urbano exterior a casi el mismo nivel».


Por otro lado, descubrieron que el efecto sobre la temperatura variaba significativamente a lo largo del día, es decir, durante las horas más cálidas la adopción generalizada de techos verdes podría reducir la temperatura urbana en un promedio de 0,5 grados.


Sin embargo, esto se compensaría durante la noche, ya que la masa térmica de los techos retendría el calor diurno liberándose cuando se pusiera el sol y aumentando los grados en el horario nocturno en aproximadamente la misma cantidad.


Con el método de la conversión de los espacios verdes de la ciudad de césped a cubierta de árboles caducifolios, se enfriaría las temperaturas durante la noche, pero en el mejor de los casos tendría efectos netos mixtos durante el día, aclararon los expertos.


Ello significa que probablemente aumentaría la cantidad de vapor de agua en el aire, lo que aumentaría efectivamente la humedad del aire y podría afectar el confort térmico de los residentes.


«Las ciudades generalmente atrapan el calor, lo que induce el efecto de isla de calor urbana que puede provocar un mayor malestar y mortalidad para los residentes durante los períodos de altas temperaturas», concluye la indagación.